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El coleccionista argentino Eduardo Costantini adquiere la obra maestra de Leonora Carrington por 28,5 millones de dólares

Pintura icónica, hito del surrealismo (este año se celebra el centenario de este movimiento) y obra maestra del arte latinoamericano, ‘Las distracciones de Dagoberto’, de Leonora Carrington, ha alcanzado los 28,5 millones de dólares en una subasta celebrada en la sala Sotheby’s de Nueva York. El comprador es el coleccionista argentino Eduardo F. Costantini, fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Partía con un precio estimado de entre 12 y 18 millones de dólares. Tras una batalla de pujas que duró diez minutos, alcanzó los 28,5 millones de dólares, pulverizando su anterior récord de 3,3 millones de dólares, establecido en Sotheby’s en 2022.

Apareció en el mercado por primera vez hace casi 30 años y es ampliamente reconocida como la obra maestra de Carrington. Pintada en 1945, apenas dos años después de la llegada de la artista a México desde Europa como parte de una ola de artistas surrealistas que emigraron a América tras la guerra, muestra ricas imágenes surrealistas y colores luminosos a gran escala. Marcó el comienzo de un período de productividad transformadora e independencia para el artista. Una vez en Ciudad de México, junto a la comunidad de surrealistas exiliados, incluida Remedios Varo, y pintores mexicanos como Frida Kahlo y Diego Rivera, Carrington se sacudió el papel de «musa» que le asignó André Breton para alcanzar un nivel sin precedentes de maestría y libertad en su pintura. La 59 Bienal de Venecia, titulada ‘La leche de los sueños’, utilizó el trabajo de Carrington como marco temático, explorando la definición y los límites de la humanidad y la relación entre las personas y el mundo natural.

Este nuevo precio récord sitúa a Leonora Carrington entre las cinco artistas femeninas más cotizadas del mercado, junto con Georgia O’Keeffe, Frida Kahlo, Louise Bourgeoisy Joan Mitchell y entre los cuatro artistas surrealistas más valiosos en subasta, superando a Max Ernst y Salvador Dalí. También convierte a Carrington en la artista nacida en Gran Bretaña más cara en subasta.

Indomable, rebelde, apasionada, libre. Hada, bruja, chamana, curandera. Visionaria del feminismo y la ecología. Pintora surrealista, escritora, tejedora de tapices. Leonora Carrington (Clayton-le-Woods, Lancashire, Inglaterra, 1917-Ciudad de México, 2011) habitó territorios encantados, poblados por seres fantásticos, en un universo fascinante donde los humanos se convierten en animales y estos hablan. La Fundación Mapfre le dedicó el año pasado una completa antológica, la primera en España, que reunió 188 obras.

Otras mujeres artistas obtuvieron excelentes resultados en la subasta del miércoles en Sotheby’s. Así, una obra de Remedios Varo (4,2 millones de dólares) y otra de Leonor Fini (445.000 dólares) se vendieron por encima de sus estimaciones más altas. Y un relieve de Sophie Taeuber-Arp se remató en 889.000 dólares: es la obra más importante de la artista que ha aparecido en una subasta en 20 años. Había permanecido en la colección del destacado arquitecto modernista venezolano Carlos Raúl Villanueva y su familia desde su adquisición al marido de Taeuber-Arp, el célebre escultor Jean Arp, alrededor de 1957.


Eduardo F. Costantini, junto a ‘Baile en Tehuantepec’, de Diego Rivera


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Eduardo F. Costantini (Buenos Aires, 1946) se ha hecho con algunas de las obras maestras del latinoamericano. En 2021 desembolsó 34,9 millones de dólares por un autorretrato de Frida Kahlo, ‘Diego y yo’ (1949), en una subasta celebrada también en Sotheby’s de Nueva York. Se convirtió en la obra de arte latinoamericano más cara de la Historia. La pasión (casi obsesión) por Frida Kahlo y Diego Rivera le viene de lejos. No cejó en su empeño durante 20 años hasta tener en sus manos dos obras icónicas de ambos artistas. Ambas salieron a subasta en 1995, procedentes de la Colección IBM, pero solo pudo adquirir entonces ‘Autorretrato con loro y chango’ (1942), de Frida Kahlo. Pagó por él 3 millones de dólares. En 2016 tuvo una segunda oportunidad para comprar ‘Baile en Tehuantepec’ (1928), de Diego Rivera. Y esa vez no la desaprovechó. Desembolsó 15,7 millones de dólares, récord entonces para una obra de arte latinoamericano, aunque fue en venta privada y no en una subasta. Ese cuadro se vio por vez primera, junto a otras 12 obras de su colección personal, en la exposición ‘Una mirada a la Colección Costantini’ en la Academia de Bellas Artes de Madrid en 2017. También atesora una obra seminal de Tarsila do Amaral, ‘Abaporú’, un icono del arte brasileño.

El empresario -hizo su fortuna en el mercado inmobiliario y financiero- donó más de 200 obras en 2001 para la creación del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) , un referente internacional. Para él, «el coleccionismo es una droga y el coleccionista, un enfermo sin solución». En junio de 2020, en plena pandemia, Costantini sumó otras piezas clave del arte latinoamericano a su colección, vendidas en una subasta en Sotheby’s, que fue retransmitida en vivo en todo el mundo simultáneamente desde Nueva York, Londres y Hong Kong. Concretamente, adquirió ‘Omi Obini’ (1943), de Wifredo Lam, por 9,6 millones de dólares, y ‘Armonía’, de Remedios Varo, por 6,2 millones. En ambos casos, nuevos récords para estos artistas.

Content Source: www.abc.es

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