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Eva Lootz: «Necesitamos aprender a ver de nuevo»


A sus 84 años , la artista Eva Lootz, nacida en Viena en 1940 pero nacionalizada española (llegó a nuestro país a finales de los 60), está viviendo una segunda juventud. Hasta tres instituciones exhiben su trabajo estos días en España: ‘Entrelazar, arrugar y seguir el hilo’, en la Sala Kubo Kutxa de San Sebastián (del 26 de abril al 25 de agosto); ‘Si aún quieres ver algo…’, en la Sala Alcalá 31 de Madrid (del 8 de mayo al 21 de julio) y ‘Hacer como quien dice: ¿y esto qué es?’, en el Museo Reina Sofía (del 12 de junio al 2 de septiembre). Esta última, una retrospectiva de cinco décadas de carrera, que reúne a lo largo de trece salas en la primera planta de Sabatini un centenar de piezas, entre ellas 30 de las 36 que Lootz d onó al museo en 2023 . Algunas se ven por vez primera. Un legado de pensamiento y experimentación, marcado por la coherencia y su actualidad, en el que están presentes sus temas recurrentes , sus obsesiones, como la materia, el lenguaje, el agua, el medioambiente, las extracciones de minerales, el feminismo… No ha habido material que se le resista a esta pionera del arte contemporáneo en España . Los ha usado todos. También ha abordado todas las disciplinas: pintura, escultura, dibujo, fotografía, vídeo, instalaciones, obras sonoras…Noticia Relacionada ARTE estandar Si Eva Lootz: «Si existe una nueva materia ha de existir una nueva mente» Javier Díaz-Guardiola La artista espñola de origen austriaco, de principio a fin, gracias a tres citas imprescindibles que repasan un legado de cinco décadas interesada por la materiaEl recorrido de la exposición arranca con fuego (un pequeño volcán realizado en cerámica cocida, madera de pino y led). Da paso a una primera sala en la que se muestran sus ‘papillas elementales’ de los 70, donde Lootz experimenta con todo tipo de materiales, incluido el fundido de plomo y estaño: «Supongo que lo que en el fondo quería era derretir el mundo y a la vez cocinarlo de nuevo », dice. Sobre las paredes, grandes papeles de estraza arrugados, otros quemados, una pieza de alabastro (ha sustituido los elementos de mercurio, porque están prohibidos en los museos). Y encerrados en una vitrina, pequeños trabajos en fieltro, lana, algodón, plomo, estaño o parafina: zapatos, suelas, manos, pies, asas…En la sala contigua, su instalación ‘Un adiós a Isaac Newton’ . El físico, dice la artista, «fue el primero en hacer un análisis espectral de la luz solar». Y ella lo que hizo fue cerrar el abanico de colores y quedarse solo con el blanco. Para Lootz, estamos expuestos a una sobresaturación de datos , a una sobreexposición de imágenes que nos puede provocar una ‘ceguera’. «Necesitamos aprender a ver de nuevo», advierte. Una habitación completamente blanca, concebida como una burbuja y atravesada por una pasarela de madera que debemos pasar para seguir visitando la exposición. El suelo está cubierto de arena de mármol. Incrustadas en las paredes, unas barcas. La pasarela nos lleva hasta una sala oscura donde se proyectan en bucle dos vídeos: ‘No es más que un pequeño agujero en mi pecho’ (2004) y ‘Ángulo ciego’ (2005). En primer plano, ‘Gran lengua de betún’, de Eva Lootz, en una de las salas de la exposición Ignacio GilContinuamos el viaje por la exposición… y por la mente de Eva Lootz, que se muestra encantada por exponer su obra «en las salas más hermosas del museo». Siguiente parada: una sala con dibujos de la serie ‘Ríos 2’ (2006-2007), no expuestos hasta ahora, en torno a la gestión del agua y los recursos hídricos . En ellos aparecen meandros de ciudades como Bagdad o Sevilla. Sus reflexiones en torno a los ríos comienzan en 2005 con el proyecto ‘Hidrografías’, donde estudia, entre otras, las cuencas hidrográficas del Guadalquivir y el Ebro. Y de los dibujos a sus esculturas digitales , creadas gracias a la extracción de datos (intervenciones en el cauce, inundaciones), que generan archivos 3D y estos se plasman en esculturas en mármol de Macael. Sobre las paredes, trabajos en fieltro con frases sobre el agua: ‘Agua es el nombre futuro de la sed’, ‘Agua es el nombre de la gota que colma el vaso’… Tras pasar por una zona de descanso, donde podemos oír el sonido de los pájaros con la pieza sonora que reproduce las ‘Ornitofonías en Valsaín (en 2002 Eva Lootz ya expuso en el Palacio de Cristal del Retiro ‘La lengua de los pájaros’), llegamos a un gran espacio ocupado por el ‘Pequeño teatro de derivas’ (1994-1998), una serie de 24 fotografías en blanco y negro con escenas teatrales, en la que reivindica el error y la prótesis de forma poética. Son, dice la artista, ‘tableaux vivants’ . Cuelgan retratos de jóvenes con panes sobre sus cabezas, muy surrealistas. Y de ahí, a un espacio donde se proyecta el vídeo ‘Entre manos’, de 2011, centrado en el célebre juego de los cordeles, presente en muchas culturas. Eva Lootz. Detalle de ‘Cuenca suspendida II’ Museo Reina SofíaA Eva Lootz le interesa el lenguaje, las lenguas . «Es un órgano que nos sirve tanto para ingerir elementos como para comunicarnos», dice la artista. A las lenguas está dedicada otra sala. Una gran lengua de betún se extiende por el suelo, a modo de alfombra. En las paredes, lenguas de cobre, bronce, plomo, estaño, fieltro, lacre, parafina o lana. De 2020 es su pieza ‘La agonía de las lenguas’, centrada en las lenguas que se están perdiendo. Solo en Latinoamérica hay 773 en peligro de extinción . En los años 80, se interesa por la extracción de los minerales y las materias primas , y la repercusión que ello tiene en los paisajes. Lo llama ‘el teatro de la materia’ y se refiere a esas codiciadas materias primas como ‘la ropa interior de la Historia’. Aborda las salinas, las minas de Riotinto… Atraviesa el suelo de la sala una línea formada por partículas de cobre. Feminista confesa y convencida , reflexiona sobre el papel de la mujer en trabajos como ‘Camisa de invierno’ o ‘Tarea infinita’ (diez manos de bronce sujetan embudos de metal por los que cae carbonilla). En una pared, nombres de 26 poderosas mujeres (artistas, escritoras, pensadoras), a las que admira. Nos propone un juego, adivinar quiénes son. Ahí están Simone de Beauvoir, Natalia Goncharova, Hannah Arendt, Gabriela Mistral, Concha Espina o Susan Sontag. La muestra se cierra con un espacio donde cuelgan catorce carpetas de dibujos realizados durante los doce meses de 2015 a modo de diario. Manuel Segade , director del Reina Sofía, destaca que en «la producción hipercompleja y muy singular» de Eva Lootz hay siempre «una experiencia sensorial y estética, una profunda belleza, además de su contenido político». El comisario de la exposición, Fernando López, que fue ayudante de la artista, subraya su «viveza y curiosidad por todo». El hilo que atraviesa su trabajo, dice Lootz, «es el que rodea la pérdida, la desaparición, la huella ».

Content Source: www.abc.es

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