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Comienza el Festival de Cannes con el mundo pendiente de Coppola y ‘Megalópolis’

El comienzo de la septuagésimo séptima edición del Festival de Cine de Cannes llega ya con una específica tarea en su contenido; con una llamada que es, en realidad, una misión: ver ‘Megalópolis’, la última película de Francis Ford Coppola. Normalmente, uno va al Festival de Cannes a ver qué ve, a ver qué pilla por ahí, a echarle una ojeada al muestrario que el mundo del cine, o el cine del mundo, pone en ese gigantesco escaparate. Luego pasará lo que pase, pero a este número 77 de Cannes se va para estar, ver y referir el gran acontecimiento de ‘Megalópolis’.

Coppola, a sus ochenta y cinco años, levanta el telón a una película que ya empezó a modelar hace medio siglo y que, tras numerosos tropiezos, avatares e imponderables, llega gigantesca, preñada de drama, fantasía y utopía para dotarle a lo habitual (sí, se celebra un festival de cine en Cannes) de una capa de excepcionalidad (¡Lo último de Coppola!). Hasta ahora, solo se puede intuir la enormidad arquitectónica y su profundo contenido clásico en diálogo con la ciencia ficción por la breve sinopsis y por el nombre sugerente de sus personajes, Julia Cicero, Caesar Catalina, Hamilton Crassus, Claudio Pulcher, Crassus Catilina…, y por el peso de sus actores, Adam Driver, Dustin Hoffman, Laurence Fishburne, Jon Voight, Shia LaBeouf, Nathalie Emmanuel, Giancarlo Esposito, Talia Shire…

Además, y menudo compromiso, ‘Megalópolis’ estará en la competición por la Palma de Oro; es decir, que el director de ‘El Padrino’, el director de ‘Apocalypse Now’, uno de los escasos Dioses, con mayúscula, que le quedan en pie al séptimo arte puede venir al Festival de Cannes a perder, un verbo, por otra parte, que ha sabido conjugar hasta en subjuntivo. Sí, menudo compromiso para el jurado elegido, entre los que están Juan Antonio Bayona, Greta Gerwig, Hirokazu Koreeda, Eva Green, Omar Sy o Lily Gladstone. En fin, y una vez cumplidos estos dos impresionantes trámites desde las primeras filas, ver ‘Megalópolis‘ y saber si gana o no gana la Palma de Oro, pues habrá que ir llenando el tiempo con un programa variado y, esperemos, de buen cine.

En la Sección Oficial hay cineastas con mucho predicamento, como Yorgos Lanthimos, con ‘Kinds of kindness‘, también con Emma Stone (como en ‘Pobres criaturas‘); Paolo Sorrentino con ‘Parthenope’ y David Cronenberg con ‘The Shrouds’; o el chino Jia Zhangke, un cineasta al que hay que abrir como a una ostra y a veces con perla; el ruso Kirill Serebrennikov, aquel de ‘Leto’ que trae ahora la historia del poeta radical Eduard Limonov y su vagabundeo por Nueva York; o ese tipo extraño que es Paul Schrader, que empezó muy arriba con guiones para Scorsese y que ha tenido el talento de sumirse en los más ponzoñosos barros y que trae ‘Oh Canada’, un film sobre el no-Vietnam; o el siempre sorprendente Ali Abbasi, el director de ‘Border’ o ‘Holy Spider’, con un filme americano sobre negocios y política turbia en los Estados Unidos de los últimos años, y por supuesto una buena representación de directores franceses para ponerle lacitos y festones a la fiesta del cine francés, como Jacques Audiard, Christophe Honoré, Gilles Lellouche o Michel Hazanavicius con un filme de animación. Y que nadie se olvide del portugués Miguel Gomes, inclasificable, genial, el director de ‘Tabú’, que trae a competición una película titulada ‘Gran tour’.


Fotograma de ‘Megalópolis’, protagonizada por Adam Driver

En fin, habrá que ir a ver todas estas películas y muchas más, aunque no españolas, pues en Cannes se sigue una tradición ya muy arraigada y casi exótica de que el cine español, salvo excepciones, no se refleja en el espejo de este festival, como si fuera cosas de vampiros. Este año se podrá ver, como excepción y en una de las secciones paralelas, la película de Jonás Trueba, ‘Volveréis’, un juguetón drama de pareja que protagonizan Itsaso Arana y Vito Sanz.

Pero la degustación del cine es solo una parte, y no la más importante, del Festival, pues el mayor interés está en el enorme Mercado (en el que no compraremos ni un boquerón) y el grandísimo desfile de estrellas (que, con suerte, no veremos ni de lejos). Un repaso a la lista de invitados celebérrimos, actores, directores y ‘famosos’ agotaría no solo esta página sino todas las del ‘Vanity Fair’. Piensen en cualquiera que aún colee y allí estará. La película inaugural es ‘Le deuxième acte’, de Quentin Dupieux, un director calificado ‘del absurdo’ que hace comedias a las que, si te empeñas, no le sacas ni una sonrisa, o justo lo contrario, si no te empeñas, vas y te ríes.

Y si la decepción acompañara al estreno de ‘Megalópolis’, siempre podremos presumir de una frase grandiosa en la boca –«pues, a mí, me ha decepcionado Coppola»– y que estamos muy lejos de merecer.

Content Source: www.abc.es

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