Mads Mikkelsen es un actor extraordinario, con un don especial para recubrir a sus personajes con una sólida capa de dureza y con respiraderos y grietas por las que apreciar también fragilidad; la firmeza, el vigor, el tipo amurallado que muestra con naturalidad sus puntos vulnerables, en ‘Otra ronda’, en ‘Venganza fatal’, en ‘Ártico’, igual frente a James Bond que a Indiana Jones…, el mejor actor posible para encarnar al capitán Ludvig Kahlen, protagonista de esta historia. Un hombre sin fortuna, sin linaje, un bastardo (es el título original) que con tesón y lealtad ha llegado a oficial del ejército del rey y que pretende, a su servicio, crear una colonia viva en los pelados e indomables páramos daneses. Una aventura imposible que él emprende con la idea de lograr fortuna y un título nobiliario.El director y guionista es el danés Nikolaj Arcel, que construye un monumental drama con costuras de wéstern gélido pero empapado de acción, pasiones, violencia y mucho recorrido moral en esos espacios entre la fidelidad y la traición. Tanto visual como éticamente, la historia es un continuo reto para las reflexiones y posturas del espectador, y su desarrollo, muy preciso en lo temporal y geográfico, está muy ligado en su estructura clásica al cine de aventura (con puntadas argumentales que recuerdan títulos como ‘El halcón y la flecha’, pero también con un cierto deje del colérico Aguirre), al épico o al wéstern de colonos.El peso del guion recae casi por completo en Mads Mikkelsen y en su personaje movible, bien construido y excepcionalmente interpretado, aunque construye a su alrededor otros varios personajes fuertes para crear tensión dramática y romántica, como los interpretados por Amanda Collin y por Kristine Kujath Thorp, además de un villano absolutamente desquiciado y cruel que interpreta el joven Simon Bennebjerg. Y con igual precisión que los personajes, se construyen los conflictos y causas entre ellos, con la tierra estéril y violenta, con la injusticia, racismo y abuso de poder, con la ley real y la ley local, con los propios sentimientos, ambiciones y flaquezas.Una película rebosante de cine, entretenida, reveladora, de aventura edificada entre la penuria y la dignidad, que provoca las bilis del espectador y que tanto apabulla como ennoblece.
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