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El reencuentro entre Mario Casas y Michelle Jenner: «Hay una parte de terapia en crear personajes»

En el pueblo alavés de Elciego los veranos transcurren con normalidad. Sin embargo, la Panadería Barrihuelo y la Peluquería Azucena se han trasladado a la plaza mayor. Y a otra época. Allí, entre vecinos que miran sorprendidos y otros que descansan en algunos bancos escondiéndose del sol, hay todo un set de rodaje que graba a un hombre oculto bajo la sombra de los árboles. Es Mario Casas, que vuelve a ponerse en la piel de un personaje después de haber dirigido ‘Mi soledad tiene alas’, su primera película, y haber grabado ‘Escape’, de Rodrigo Cortés. «Es todo distinto. Ahora tengo los ojos puestos en muchos otros sitios. Sabes por dónde pasan las películas, cómo son los equipos. Empatizas y al mismo tiempo sufres. Soy muy sufridor», confiesa entre risas el actor a ABC mientras descansa tras grabar una escena. Protagoniza ‘El secreto del orfebre’, el segundo largometraje de Olga Osorio, una historia de amor entre dos épocas, los 50 y los 70, basada en la novela homónima de Elia Barceló y producida por Nostromo Pictures. Mario Casas da vida a Juan Pablo, un prestigioso orfebre que viaja desde España a Nueva York para una exposición sobre su obra. De camino pasará por su pueblo natal, un viaje que le llevará al pasado y al reencuentro con un gran amor que cambió su vida para siempre.

Y ese pueblo ficticio en la película se hace realidad en Elciego, que ha convertido su plaza mayor en un lugar de época y el ayuntamiento en el Café Negresco. Esta pequeña localidad vasca se ha transformado durante dos semanas en el corazón de una película y sus habitantes en figurantes. «Es emocionante, nunca había vivido algo así», reconoce Manolo, que lleva toda una vida en el pueblo y aparece en la película como vendedor. La escena que graban es un momento crucial. Es la llegada de Juan Pablo a su pueblo natal. Desde arriba de la plaza entra Mario Casas sorprendido, con el rostro desconcertado, y cruza la plaza esquivando a los habitantes que compran en el mercadillo de la época. «Señora, intente no mirar a la cámara ni a Mario, si no hay que repetir la toma», explica un trabajador a una figurante. Ay, los nervios.

Entre toma y toma, Mario Casas se fuma un pitillo, revisa la grabación y se acerca a charlar. «Esto para mí es la vida. Hay una parte también de terapia para mí en crear personajes, construirlos y sacar lo que llevo dentro», cuenta. Está inquieto, se mueve de un lado a otro esperando a volver a grabar la toma. «Es que no lo puedo remediar. Es algo que va en mi personalidad. Me pasa también en el trabajo. No habiendo dirigido nunca me lancé a hacerlo y me ha dado más motivos para intentar levantar otro proyecto. Aunque ahora estoy concentrado en esto que tenía muchísimas ganas de hacer. Es una película romántica, épica, muy emocional. La gente se va a emocionar mucho».

Imagen secundaria 1 - Momentos del rodaje en Elciego
Imagen secundaria 2 - Momentos del rodaje en Elciego
Momentos del rodaje en Elciego

Además, en la película se ha reencontrado con Michelle Jenner, con quien compartió una trama romántica en ‘Los hombres de Paco’, y ahora de nuevo. «Nada tiene que ver», reconoce Casas. La amistad entre los dos surge de hace mucho años, cuando hacían publicidad de pequeños con once años. Casas vuelve a la escena para volver a bajar por la plaza, pero esta vez más despacio. Mientras tanto, un anciano se acerca tímidamente a pedir que quiten una parte del decorado porque quiere sacar dinero. El cajero automático del pueblo está escondido bajo la Mercería Fuentes, un falso establecimiento. En cuestión de cinco segundos, un trabajador quita los tornillos y aparta la madera.

Olga Osorio controla la escena escondida bajo la sombra de un árbol gigante y al lado de su hijo mayor, que le acompaña en la jornada porque ya no tiene colegio. No le convence mucho las tomas de modo que repite y repite cambiando la posición de los figurantes y la velocidad de los pasos de Mario. El calor tampoco ayuda de modo que de vez en cuando se levanta a dar un par de pasos, estirarse y beber agua. «Trabajar con Mario Casas y Michelle Jenner es un lujo. Cuando llevan casi 20 años al pie del cañón en la industria es por algo», indica la directora. Mientras Osorio pide un descanso, los figurantes se desplazan al frontón del pueblo se ha convertido en una sala gigante de maquillaje.

Toda la vida del pueblo de Juan Pablo transcurre entre todos estos establecimientos de época de la plaza mayor. «En la mayoría de rodajes hay que hacer un corte entre lo que transcurre dentro del establecimiento y lo que pasa fuera porque son lugares distintos, pero aquí no», asegura Anna Pujol Tauler, diseñadora de producción. «Preferimos que el ayuntamiento se quede así como lo han diseñado, es mucho más bonito», reconoce Pilar entre risas, figurante y habitante de Elciego.

Content Source: www.abc.es

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