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J. A. Bayona arrasa en unos Goya que se olvidaron del maestro Víctor Erice


La película de la noche de los Goya podría titularse ‘20.000 maneras de comerse un panal de abejas’. Tenía 15 opciones de premio la película de Estibaliz Urresola pero el equipo de ‘La sociedad de la nieve’ solo les dejó las tres en las que no competían, mejor directora novel, actriz de reparto para Ane Gabaraín y guion original. El resto, casi todo para Bayona, 12 de las 13 a las que optaba. Solo ‘Robot Dreams’ le arrebató el de mejor guion adaptado. Por primera vez, una película de una gran plataforma extranjera gana en los Goya y, casi también por primera vez, los académicos se quedan con la opción ‘mainstream’, mayoritaria, «global», frente al drama costumbrista y familiar que tanto ha gustado en los últimos años. Un estilo de películas que, como ‘Alcarràs’, arrasa en las nominaciones pero que, al menos las dos últimas ediciones, se van con escaso premio. Y esta fue la gloria, la de Bayona, desde ya historia de los Goya; la misma que no le dejaron hacer a Víctor Erice, ignorado por sus compañeros , que se retirará del cine sin un galardón que, muchos apuntaron anoche, hubiera dado más lustre a la propia Academia que a la carrera del maestro de varias generaciones. Y otra historia, también triste, la de Coixet y su ‘Un amor’, que se fueron de vacío. La noche empezó con un homenaje a Raphael que caldeó tanto el gélido ambiente que se había vivido en la alfombra roja que a Sigourney Weaver le faltó sacar el iPhone para entender qué cantaba esa gente tan extraña que llevaba dos días haciéndole la pelota. Después, ya sin música, la reivindicación. Primero Ana Belén, que abrió la gala con los Javis. «Es urgente que todas exijamos certezas de igualdad. Y eso pasa por condenar todos los abusos y por revisar de manera profunda las estructuras que lo permiten. Esto nos atañe a todos», dijo la artista. «Queremos decir a las víctimas de las violencias que no están solas», siguió Javier Ambrossi . Y remató Calvo: «Que estas palabras se transformen en hechos». Después, los premios. O mejor, los discursos, esos que llenan de lágrimas los ojos de los premiados y de sueño a los espectadores, que tienen que esperar hasta la madrugada para saber cuál es la mejor película española. Noticia Relacionada Premios Goya 2024 estandar No Casi una gran noche, pero… Oti Rodríguez Marchante El gran acontecimiento cinematográfico durante el pasado año en España (y más allá) ha sido que Víctor Erice estrenó una películaEl primero de la noche fue para José Coronado como mejor actor de reparto, el único que se llevó ‘ Cerrar los ojos ‘. «Gracias a Víctor Erice por este personaje, que es un espejo en el que todos nos podemos mirar porque habla de la identidad, de la memoria», y lejos de pensar en la retirada, remató: «Esto es gasolina para seguir trabajando».La política volvió con Alba Flores, alegato pro Palestina mediante. Y con Matías Recalt (actor revelación), que pidió que «no se manche la cultura de Argentina». A esas alturas, y no se llevaba más de media hora, la película de Bayona tenía cuatro premios en la mochila. A la hora, ya iba por 10 de los 13 a los que optaba. Fluía todo tan rápido y tan bien que nadie vio venir el parón, otra de las tradiciones de los Goya.Es inevitable, pasa en todas las ceremonias, desde Hollywood al festival más pequeño: cuando la entrega de premios coge ritmo, aparece una actuación musical. Si la cosa sale bien – recuerden Rosalía hace no tanto -, todo es mágico. Si no, como este año con Estopa , la cosa se parece más a una orquesta de verano que a una gala con Sigourney Weaver en primera fila. Al menos Ana Belén, que tampoco despuntó en su actuación por Concha Velasco acompañada de los Javis, le puso ímpetu y una jovialidad que demuestra que lo de la edad es una ficción. Hablando de edad: los 103 años de Juan Mariné , que fue celebrado con el pabellón en pie aunque él lo vio desde casa. En su lugar habló José Sacristán: «Juan se dejó la retina en las películas. Las películas, sencillas, humildes, hayan gozado o no del favor del público, todas forman parte del patrimonio cultural de este país», dijo, abrazando un rollo de celuloide de 35 milímetros en sus manos. Un legado de un tiempo pasado. El futuro vino después. Lo encarnó Estibaliz Urresola al recoger el Goya a mejor dirección novel. Y es un futuro en femenino. Es el séptimo año consecutivo que una mujer gana el premio de esta categoría. Eso sí, desde 2004, 20 años ya, solo una mujer ha ganado el premio principal, Isabel Coixet en dos ocasiones, 2005 y 2017. «Es un orgullo que cada vez seamos más y tengamos fuerza para decir ‘se acabó’. No queremos más violencia ni acoso. Ni en el cine ni en ninguna parte», dijo Urresola. Y lo cantaron, después, en una versión de María Jiménez Niña Pastori, India Martínez y María José Llergo. Humor y políticaHabían prometido los Javis no hacer una gala de humor, y lo prometieron tanto que salieron al escenario a ponerse serios. La primera vez, con un homenaje a los nominados que nunca habían ganado que quedó con gracia. La segunda, con un monólogo que podría haber sido historia de un matrimonio, solo que en lugar de Bergman con Almodóvar , que salió al escenario a actuar (¡milagro en los Goya!) junto a todo el equipo de ‘Todo sobre mi madre’, que cumplía 25 años. Pero sería por las dos horas que ya había avanzado la gala o porque se emocionaron de más recordando a Rosa María Sardá y a Amenábar, a Ramón Salazar y a la primera novia de Javier Ambrossi, que se vinieron arriba hablando de cómo el cine les afectó a ellos, de cómo, en realidad, nos afecta a todos:«Todos tenemos una película de Almodóvar que nos ha cambiado la vida». La hipérbole, de tan serios que se pusieron, se les fue al cielo. Aunque para serio, el sermón del presidente de la Academia, Fernando Méndez Leite, que a la 1 de la mañana se puso a regañar a los asistentes por decir «peli» y «dire». Al menos, se acordó de José Luis Garci, otro de estos pequeños milagros que nos dejó la 38 edición de los Goya. Noticia Relacionada opinion Si Valladolid era una fiesta y la gala una ‘manifa’ interminable José F. PeláezOtra sorpresa, ya al final de la noche: mejor guion adaptado para ‘Robot Dreams’. Se lo quitó Pablo Berger a J. A. Bayona, y el de Bilbao no se lo podía creer. «Al final me lo voy a creer, compañeros», dijo. El que no se lo creía en el auditorio era el catalán. Otro detalle curioso: dos películas que solo se llevaron un premio, como ‘Que nadie duerma’ y ‘Saben Aquell’, lo hicieron con dos premios mayores, los de mejor actriz y actor. La primera, gracias a Malena Alterio, la segunda, con David Verdaguer. Y así, colorín colorado, la 38 edición de los Goya podría haber acabado. Pero no. A última hora, la 1.29 horas, Pedro Almodóvar con el sobre en la mano del Goya a mejor película decidió que, ya que tenía los focos, iba a hablar de política. Se metió con García-Gallardo, de Vox , que había señalado a «los del cine» como unos «señoritos». «No somos nada de eso», dijo el cineasta, que no iba a dejar pasar la oportunidad. Y ya, cuando él quiso, abrió el sobre y se acabó la gala. Bayona hizo historia y Erice, historia del cine, se fue a la cama sin premio .

Content Source: www.abc.es

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