«Quiero que sepáis que yo ya gané, hace mucho. Seguimos, siempre». Con estas palabras se despedía Elena Huelva de sus seguidores en su cuenta de Instagram, que sigue recibiendo mensajes cada día en su última publicación que vio la luz horas antes de morir, el 3 de enero de 2023, tras luchar una dura batalla contra el cáncer. Su historia ha dado la vuelta al mundo, casi un millón de seguidores siguieron la vida de esta joven que, acompañada de su familia, dio una lección de vida a la sociedad con sus ganas de vivir. Ahora, apenas un año después de su muerte, llega a los cines ‘Mis ganas ganan’, un documental dirigido por Eduardo Sánchez Florido que lleva por título el lema de Elena.
«He querido continuar el legado de mi hermana para que todos nos impregnemos de su mensaje y podamos vivir cada día como un regalo», explicó Emi Huelva, su hermana mayor, durante la presentación del documental. Esta producción de Tomas2Media cuenta el camino que hizo Elena Huelva, la aceptación con valentía de su enfermedad y la vitalidad que no le impidió vivir con alegría a pesar de la enfermedad. El eje principal es el de su hermana mayor, Emi Huelva, que recibió el nacimiento de Elena como un enorme regalo. Siempre ha estado a su lado. Cuando Elena recibió la noticia, el 3 de enero de 2019, su hermana no dudó en dejar el trabajo que tenía en Madrid y lo dejó todo para acompañarle.
Después de un año de lucha, tratamiento, caída de pelo, adversidad y debilidad, Elena se cura. Y mientras España se encerraba triste, asustada y aburrida por la pandemia del coronavirus, Elena celebraba la vida. «Nuestra pandemia fue muy distinta. Era todo una alegría», reconoce su madre en el documental. Sin embargo, la enfermedad vuelve a tocar a la puerta. El 25 de septiembre aparecen unos nódulos en el pulmón y el pronóstico que ninguno quería volver a escuchar se diagnostica de nuevo. «Lloró cinco minutos y en el momento decía: Venga, ¿cuál es el siguiente paso que tenemos que dar?», explica su padre mientras le caen lágrimas por la mejilla.
Elena comparte todo en su cuenta de Instagram. Y poco a poco, más curiosos y seguidores admirados por su endereza se acercan a conocer más sobre ella. También los médicos, que tienen un papel importante en el documental. «Veía la visión de Elena, del paciente, que es algo que no acostumbramos tanto a ver más allá de lo que vemos en la consulta o el hospital», reconoce Nacho Gutiérrez, uno de los médicos que le acompañó durante la enfermedad.
La fuerza de la música
«No se perdió ningún concierto. Me impresionaba su sonrisa, su alegría. Todo lo que compartí con ella lo tengo guardado. Lo que era ella no te lo encuentras en el día a día», reconoce Manuel Carrasco. La música para Elena fue una vía de escape. En sus sesiones de quimioterapia, en los tiempos muertos, en los descansos y en su tiempo libre, las horas eran para la música. Y un signo de ello es la cantidad de músicos que aparecen en el documental además de Manuel Carrasco, como Aitana o Valeria Castro. «Yo no sé de dónde sacaba la fuerza. Sigo sin saberlo», reconoce Aitana emocionada.
Una de las escenas más emocionantes ocurrió en La Cartuja, durante el memorable concierto de Manuel Carrasco. Cuando el onubense entonó ‘Mujer de las mil batallas’, una canción que se ha convertido en un himno para los pacientes de cáncer, rápidamente las miradas rodearon a Elena, que sobre los hombros fue alzada mientras el cantante le dedicaba la canción.
«Una ‘influencer’ de verdad»
Su cuenta de instagram acumula casi un millón de seguidores. Pero cuando Elena enfermó, apenas tenía 500. El aumento se debe a muchas cosas, pero sobre todo, a su mensaje y gran lema: ‘Mis ganas ganan’. «Se convirtió en una reina, no generaba controversia. No quería perderse un momento de la vida. Era una influencer de verdad», reconoce el influencer Tomás Páramo. El documental recorre también esa faceta de Elena, una etapa en la que muchos días se levantaba agotada, pero nada ni nadie le impedía ponerse unos tacones, un vestido, y acudir a cualquier evento. Uno de los más importantes fue en una gala de ELLE, que fue galardonada con un premio.
La voz cada día se desvanece un poquito más, pero mientras la vida se va consumiendo, Elena brilla más. Gracias a su ánimo y sus ganas de vivir, traspasó las pantallas de cientos de miles de personas que se animaron a donar médula y dinero para investigación. Gracias a las recaudaciones que hacía a través de numerosas acciones, muchos investigadores pudieron emprender estudios para dos o tres años.
Hasta el último aliento
Tras la ‘premiere’ de Aitana en ‘La última’ , Elena respira peor. Le hacen unas pruebas y ven que la enfermedad ha llegado a la tráquea. Cuando le dijeron que ya no había nada que hacer, el miedo no le paraliza. «Es fuerte decir que no hay tratamiento. Pero ella hizo las llamadas, dijo las cosas que tenía que decir y se despidió de una forma muy generosa», reconoce su hermana. Las primeras, sus amigas. «Cuando nos lo contaba llorábamos muchísimo y era ella la que nos animaba y nos consolaba. Nos pedía que le dejáramos un hueco cada vez que viéramos una película todas juntas», aseguran sus amigas en el documental.
Todos se despiden. «Cuando la vimos, mi mujer y yo nos miramos pensando que era la última vez que la veríamos», reconoce Manuel Carrasco. Lo mismo le ocurrió a Tomás Páramo y su mujer, María García de Jaime. Fueron las navidades más diferentes de su vida. «Ella no tenía miedo, tenía coraje por perderse la vida. Todos queríamos sostenerla», añade Manuel Carrasco.
En sus últimas horas de vida, aún sacó fuerza para tomar una foto de la mano de sus padres y de su hermana junto a la suya. «Me impresionó la forma en la que se despidió de sus amigas, de su familia. Es admirable», explicó durante la presentación la doctora María Cristina Mata Fernández como Oncohematóloga infantil y del adolescente en el Hospital Gregorio Marañón, que pertenece al Grupo Español de Investigación en Sarcomas.
Amar es decirle a alguien: tú no morirás nunca. Y esta frase de Gabriel Marcel se ha hecho carne en la vida de Elena Huelva y su hermana. Ni su vida fue en vano, ni su mensaje calló en saco roto. Elena vivió la vida la vivió con intensidad hasta el último aliento. Y la vive, al menos muchos por ella, como su hermana Emi, que le prometió vivir por las dos y que continúa el camino que su Elena dejó y mira desde el cielo.
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