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Bunbury, tragos de absenta y poemas de Panero

Después de tres años de arduo trabajo, en 2004 vio la luz uno de los más singulares proyectos discográficos españoles de los últimos tiempos. Titulado ‘Leopoldo María Panero’, el álbum reunió a Bunbury, Carlos Ann, el periodista y escritor Bruno Galindo y el cineasta José María Ponce (fallecido recientemente) para crear adaptaciones musicales de una treintena de textos del poeta más maldito. Igual que su obra, algunas son minimalistas y puras, otras intrincadas y retorcidas, dando forma a un disco de homenaje que ahora se reedita en vinilo con cuatro temas nuevos por su vigésimo aniversario. «Quiero creer que Panero nos acompañó durante toda a grabación de estos nuevos cortes, hasta pude sentir su presencia y me pareció escuchar en alguna ocasión su contagiosa risa», dice Carlos Ann, responsable de impulsar la idea y convocar a este cuarteto multidisciplinar.

¿Qué significa para usted esta reedición?

Me emociona mucho, es una manera de mantener la obra vigente y además se puede disfrutar de ella en vinilo, creo que es el formato que se merece.

¿Cómo se conocieron los creadores del álbum, y cómo se gestó éste?

Conocía a todos por separado y les propuse formar parte del «cuarteto maldito». Enrique y yo quedábamos a veces para tomar algo, recitábamos poesía en voz alta y tomábamos absenta: Jesús Lizano, Juan Eduardo Cirlot, Jaime Gil de Biedma, Panero y un sinfín de poetas nos acompañaban en esas veladas. José María Ponce me parecía una persona muy interesante, nuestras conversaciones eran interminables, una noche estuvimos hablando de poesía en la barra de Moviedisco (club de música electrónica), le hablé del proyecto y le invité a formar parte de él. Con Bruno empezamos a tener relación desde que me entrevistó para «El país de las tentaciones», yo estaba grabando mi segundo álbum «Entre lujos y otras miserias» en el estudio «El Cortijo» en Málaga y poco tiempo después, le propuse la idea de participar, era la cuarta pata de la mesa.

¿Cómo fue el proceso de consensuar el material elegido, el enfoque sonoro, las instrumentaciones, la producción y mezcla…? ¿Cómo se repartieron el trabajo?

Cada uno de nosotros eligió los poemas que más le apetecía recitar o cantar. La parte musical la fui creando a medida que iba avanzando el proyecto, luego vino la producción y la mezcla, junto a Charly Chicago.

¿Cómo lleva la reciente pérdida de José María Ponce?

Fue un golpe duro, con él se ha ido una figura importante de la contracultura de este país, era una persona generosa y amiga de sus amigos.


Bruno Galindo, Carlos Ann, Bunbury y José María Ponce


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¿Alguno de ustedes conoció a Panero?

Lo conocimos Enrique y yo en 2004, estuvimos con él en Canarias visitando librerías y paseando por la ciudad, en 2005 cuando hicimos el concierto de presentación del disco en La Paloma de Barcelona vino como invitado de honor e interactuó con los cuatro en el escenario.

Durante el proceso de creación del disco, ¿imaginaban si le gustaría a él lo que estaban haciendo? ¿Él llegó a escucharlo?

La verdad es que no nos planteamos si le iba a gustar o no, pero llegado el momento se lo pudimos mostrar le encantó, decía que se sentía muy reconocido y agradecido.

¿Cómo fue grabar ‘La poesía destruye al hombre’ con Bunbury? ¿Cómo fue el proceso de trabajo con los otros temas extra?

Con Enrique siempre es fácil trabajar, le comenté la idea de grabar algo nuevo, eligió el poema «El hombre destruye a la poesía» y fuimos trabajando a distancia vía online, salieron cosas muy chulas, al final está presente en los cuatro nuevos tracks y hemos conseguido que los cuatro se sientan de manera muy colaborativa. Con Bruno Galindo grabamos su parte vocal del poema «El tesoro de Sierra Madre» en Madrid en el estudio Casa Voyeur de Miguel Marcos, y con José María Ponce la hicimos en Barcelona en Chicago Ways estudio con Charly Chicago, fue una tarde inolvidable.

¿Cómo describiría la obra de Panero a un desconocedor de ésta?

Fue un autor con una sinceridad desgarradora y sin ánimo de gustar a nadie.

¿Qué le aportó a usted su obra, y en qué contexto la descubrió?

Debía tener entre catorce y dieciséis años, Rimbaud me derivó a Panero y me identifiqué totalmente con él, supongo por la manera de decir las cosas que me eran culturalmente familiares y muy cercanas.

¿Qué fragmentos elegidos para el disco le resultan especialmente estremecedores, y por qué?

La verdad es que todos, pero por citar uno me quedo con el poema de «Brillo en la mano», se puede leer de arriba a abajo, de abajo a arriba, intercambiando los versos de posición y siempre adoptan un nuevo sentido pero que finalmente te derivan a un mismo escenario: La ausencia del presente. Dice:

Locura es estar ausente

humo es todo lo que queda

de mí en la página que no hay

cae al suelo mi figura

y libre de mí se mueve

el papel de pura ausencia.

¿Cómo valora la repercusión que ha tenido el disco original en estos veinte años?

Muy positiva, no hemos de olvidar que es un disco experimental tanto en el proceso de su creación como en la producción musical, y que haya tenido su lugarcito durante tanto tiempo creo que es un milagro, en España la poesía musicalizada es casi inexistente.

¿Qué puede aportar a la cultura y a la sociedad española volver a reivindicar a Panero en 2024?

Aprendizaje desde luego; en los tiempos actuales se provoca sin mucha base y la opinión se ha convertido en un derecho, cosa que me parece importantísima, pero creo que debe ir acompañada de una buena preparación y un buen argumento, la obra de Panero dispone de ambas cosas.

¿Sonará este disco en directo algún día?

Es muy difícil que eso suceda, han caído las «dos pes» del proyecto, sin Panero y sin Ponce no sería lo mismo.

Content Source: www.abc.es

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