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Cien años de ‘Rhapsody in Blue’, una obra escrita en tres semanas y concebida en un tren


Un trino (Fa-Sol grave) interpretado por el clarinete precede a una escala de diecisiete semifusas que alcanza el La sobreagudo en un tempo de ‘Molto Moderato’… Es la reconocida carencia del principio de ‘ Rhapsody in Blue ‘, una partitura que acaba de cumplir cien años, y que para muchos expertos señala el origen de la música sinfónica estadounidense. Su autor, George Gershwin , fundió la música clásica con el jazz, el genero que imperaba entonces en Estados Unidos.Gershwin había escrito a principios de la década de los años veinte del pasado escribió una ópera corta titulada ‘ Blue Monday ‘ y significativamente subtitulada ‘Opera à la Afro-American’). El libreto lo firmó Buddy DeSylva ; no tuvo mucho éxito, pero el director Paul Whiteman vio algo en aquella partitura y le encargó a Gershwin una composición sinfónica de jazz para interpretarla en un concierto junto a otros estrenos de músicos estadounidenses contemporáneos.Al parecer, a Gershwin se le olvidó el encargo hasta que, pocas semanas antes de la fecha del concierto, lo vio anunciado en un periódico; en la publicidad se señalaba que la obra central del programa sería una nueva composición de George Gershwin , que había escrito ya la música para varios espectáculos de Broadway. Gershwin se sintió obligado a escribir a toda prisa la obra que Whiteman le había encargado. La inspiración le llegó durante un viaje: «Fue en un tren cuando de repente oí -e incluso vi en el papel- la construcción completa de ‘ Rhapsody in Blue ‘ de principio a fin. La oí como una especie de caleidoscopio musical de América, de nuestro vasto crisol de razas, de nuestro inigualable entusiasmo nacional, de nuestra locura metropolitana. Cuando llegué a Boston, ya tenía una idea definida de la obra, a diferencia de su contenido real».El compositor tardó tres semanas en poner negro sobre blanco aquellas ideas; contó para ello con la ayuda de Ferdé Grofé , que realizó la orquestación. La partitura original, para piano solo y banda de jazz, se estrenó el 12 de febrero de 1924 en el Aeolian Hall de Nueva York -entonces el efervescente centro de la música clásica de la ciudad-, en un concierto titulado «Un experimento en música moderna» (An Experiment in Modern Music), en el que Paul Whiteman dirigió a su banda, con el propio Gershwin al piano. Partitura original de ‘Rhapsody in Blue’, conservada en la Biblioteca del Congreso, en EEUU ABCLa velada estaba pensada para ser de alguna manera un escaparate de la música estadounidense del momento, del progreso de sus compositores, y como prueba de que el jazz tenía su sitio en las salas de concierto. En los atriles estaban obras como una suite de Victor Herbert o la popular ‘Pompa y circunstancia’, del británico Edward Elgar .Según el crítico Orrin Howard , «la pieza dejó una huella indeleble en la historia de la música estadounidense, en la fraternidad de compositores e intérpretes serios -muchos de los cuales estuvieron presentes en el estreno- y en el propio Gershwin, ya que su entusiasta acogida le animó a emprender otros proyectos más serios».«Empezando por ese incomparable y flamante solo de clarinete -analiza el propio Howard-, ‘Rhapsody in blue’ sigue siendo irresistible, con su vibración rítmica sincopada, su estilo abandonado e insolente que cuenta más sobre los locos años veinte de lo que podrían contar mil palabras, y su genuina belleza melódica teñida de un ‘blues’ profundo y jazzístico por las séptimas y terceras bemoles».Stravinski y RavelEl éxito de ‘Rhapsody in blue’ hizo que la carrera de George Gershwin, que tenía entonces tan solo 25 años, desplegara las alas. Consciente de sus limitaciones como compositor, quiso mejorar esta faceta y buscó la ayuda de músicos como Igor Stravinski o Maurice Ravel . La leyenda dice -se non è vero, è ben trovato- que el autor de ‘La consagración de la Primavera’ le preguntó cuánto había ganado el año anterior y que, al responder Gerhswin que 20.000 dólares, le dijo: «Entonces yo debería tomar clases con usted». Ravel, por su parte, no quiso darle clase argumentando que perdería «su gran espontaneidad melódica para componer en un mal estilo raveliano. ¿Para que quiere ser un Ravel de segunda, cuando puede ser un Gershwin de primera?».Después de ‘Rhapsody in blue’, George Gershwin firmó partituras como el poema sinfónico ‘ Un americano en Parí s’« (1928), sobre la que se basó la película homónima de Vincente Minnelli ; el concierto para piano ‘Concierto en Fa’ (concierto para piano); los musicales ‘Lady, Be Good!’, ‘Tip-Toes’, ‘Oh, Kay!’, ‘Funny Face’, ‘Rosalie’, ‘Strike Up the Band’, ‘Girl Crazy’ o ‘Of Thee I Sing’, y la ópera ‘Porgy and Bess’, para muchos su obra maestra.’Rhapsody in blue’ se ha convertido en sus cien años de vida en piedra de toque para muchos pianistas, tanto clásicos como jazzísticos , como Leonard Bernstein, André Previn, Gary Graffman, Jesus Maria Sanroma, Jean-Yves Thibaudet, Marcus Roberts, Katia and Marielle Labèque, Benjamin Grosvenor, Wayne Marshall, Lang Lang, Yuja Wang, Michel Camilo…

Content Source: www.abc.es

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