Últimas noticias

Cocaína, alcohol y tanques de óxido nitroso: así fue la tormenta emocional perfecta de Fleetwood Mac

Aquel concierto de Fleetwood Mac en Burbank, en 1997 y registrado en el DVD ‘The Dance’, llevaba una hora y cuatro minutos cuando Stevie Nicks se volvió a hacia su ex, Lindsey Buckingham, y le cantó ‘Silver Springs’ con los ojos de fuego. En ese cruce de miradas se siente el rayo emocional de otrora, cuando eran pareja y cortaron, pero también todo lo que vino, cuando tuvieron que verse todos los días para grabar un disco de leyenda, ‘Rumours’, uno de los más exitosos de la historia y la intrahistoria del rock. Por su convulsión. Esto ocurrió 20 años antes. Y esa canción de Nicks no fue incluida…

La rama internacional de Efe Eme se inaugura con este tomo dedicado a ‘Rumours‘, de Xavier Valiño, en donde, con magistral minuciosidad, cuenta las interioridades de esta álbum, tanto por las canciones como por el culebrón y que incluyó ingente cocaína, alcohol y hasta tanques de óxido nitroso para aletargarse buscando una paz química imposible en el huracán emocional en el que andaban. Todos estaban mal: los ya mentados, Mick Fleetwood y los McVie: dos parejas resquebrajadas grabando juntas un disco. Ni ‘La isla de las tentaciones’ es tan intensa.

Fleetwood Mac nació en Londres en 1967 con una formación casi totalmente diferente, en donde estaban el batería Mick Fleetwood y el bajista John McVie, y que contaban con el liderazgo del genial ‘bluesman’Peter Green. Hasta once variaciones de miembros en una banda que dejó de tener éxito en el Reino Unido para sostenerse en Estados Unidos… Se podría decir que superaron tantos obstáculos que existir bordeaba el milagro. Y el milagro surgió, con el éxito del disco previo a ‘Rumours’.

Por su parte, Lindsey Buckingham y Steve Nicks, en aquellos días, eran un dúo sentimental y musical que lo habían apostado todo por la música sin triunfar. En este contexto, el 19 de diciembre de 1974, Fleetwood, neurotizado por las complicaciones del grupo, cogió su Cadillac solitario y se fue a comprar fruta a 40 kilómetros de casa, donde se topó con un conocido que le llevó a unos estudios de grabación donde andaban Buckingham y Nicks. Y le pusieron una canción suya… El resto es historia. Fichados. El azar es genial.

Y un disco, ‘Rumours’, que en plenos años de plomo y escupitajos del punk, Sex Pistols y demás flemas británicas, se abre con una guitarra trotona y una frase que resume lo que se viene encima: «Sé que no hay nada que decir, otro ha ocupado mi lugar». La canción se llama ‘Second Hands News‘, compuesta por Buckingham, y habla de su ruptura con Nicks. No sería la única ni viceversa…

Durante la grabación, la cocaína entró con vaselina en la vida de estos seres inermes intelectualmente a sus consecuencias. Y es que a mediados de los 70 esta droga estaba a la orden del día, «y si todo el mundo la consume no puede ser adictiva, y mucho menos peligrosa». Mick Fleetwood la recordaría así: «Había un montón de cocaína por el estudio a nuestro alrededor y grabamos el disco con cierta atmósfera peruana. Hasta entonces, Fleetwood Mac no había tenido mucha experiencia con este cohete propulsado de los Andes. La caspa del demonio era, todavía en aquellos días, el amigo de los músicos».

El paisaje emocional durante la grabación en Record Plant, al otro lado de la bahía de San Francisco, era de infarto: la teclista y cantante Christine McVie inició una relación con el responsable de iluminación de los conciertos, rompiendo con el bajista en medio de la gira de 1975, quien andaba en un crescendo de alcoholismo demente. No se hablaban. A su vez, Mick Fleetwood padecía los estragos del colapso tras descubrir que su mujer tenía una relación con el anterior guitarrista de la banda, Bob Weston. Y Nicks y Buckingham volvieron a entrar en barrena y durante la misma grabación él empezó a salir con la camarera del bar de enfrente del estudio y Nicks con Don Henley, de The Eagles. ¡Ambientazo! Había rupturas dramáticas, cocaína a espuertas y alcohol para parar con una ola el tren: la tormenta emocional perfecta.

«Con todos estos antecedentes, no sorprende que el título del álbum acabe siendo ‘Rumours’ (Rumores). Con el éxito del elepé anterior y lo que se sabía o intuía sobre lo que sucedía en el seno de la banda, los medios tienen toda su atención puesta en ellos. Los componentes de la formación no dejan de escuchar las historias durante meses, algunas sorprendentes, que al menos consiguen sacarles algunas sonrisas cómplices en medio de tiempos tan tumultuosos», escribe Valiño. Que si Christine McVie está internada en un hospital con una enfermedad rara o se fuga con Lindsey Buckingham, que Stevie Nicks va a abandonar el grupo, que están tan enganchados al alcohol y las drogas que ni pueden ya tocar sus instrumentos, que todos se acuestan con todos e incluso que son objeto de una maldición por la obsesión de Nicks con la magia negra. Y la portada, legendaria también, con esas dos bolas de madera colgantes del pantalón de Mick Fleetwood, una escena renacentista desconcertante. «Parecen estar riéndose de esos mismos comentarios y rumores, en parte infundados, de la naturaleza ridícula de la situación que ellos mismos habían creado con sus relaciones», escribe el autor.

Y pullas de alta tensión como en ‘Go your own way‘, uno de los clásicos, obra de Buckingham de nuevo, la quinta canción, y dirigida a su expareja: «Hacer las maletas y acostarte con otros es todo lo que quieres hacer», dice la letra. Cuando ella escuchó la canción por primera vez, exigió a Buckingham que eliminara la frase, pero él lo rechazó. Nicks diría años después en ‘Rolling Stone’: «Él sabía que no era cierto, lo que dijo fue simplemente producto de la ira. Cada vez que esas palabras se decían en el escenario quería matarlo».

‘Rumours’ colocó 10 millones de copias en menos de un año y hasta la fecha ha vendido 40 millones. De hecho, fuera de recopilatorios y bandas sonoras, solo han vendido más ‘Thriller’, de Michael Jackson; ‘Back in Black’, de AC/DC; ‘The Dark Side of the Moon’, de Pink Floyd; ‘Bat out of hell’, de Meat Loaf; y ‘Hotel California’, de The Eagles. En 2020, fue el vinilo más vendido en el Reino Unido y suele estar entre los cinco primeros. ¿Por qué ha seguido arrasando un disco, nacido en el auge del punk, que condensaba lo que estos odiaban? Valiño da una pista: «Se puede intentar explicar el éxito de ‘Rumours’ a través de factores externos más o menos acertados, pero en su esencia se reducen a uno solo: es un muy buen disco de pop. Nada más. Y nada menos».

Content Source: www.abc.es

Latest Posts

noticias populares