Los Planetas se han montado un 2024 excitante. Por un lado, gira de rememoración del ‘Super 8‘, su primer y mítico disco de 1994, producido por Fino Oyonarte, por allí por el Tomavistas hoy también, sin mención en el show al contrario que otros partícipes. Y, además, este pasado viernes también se estrenaba la película de Isaki Lacuesta, ‘Segundo premio‘, sobre su grabación de ‘Una semana en el motor de un autobús‘, su tercer disco. En fin, se contraprogramaban pero J ya ajustó cuentas en un momento dado: «En las imitaciones de las películas no veréis esto nunca».
Lo dijo justo en ‘Mi hermana pequeña‘, la primera canción del grupo psicodélico andaluz, a la que luego volveremos, porque fue la ultima que tocaron, y que provocó el salto generalizado de una hinchada que había ido al festival madrileño en su primer día a gozársela en general y en particular con ellos. Comenzaron con ‘De viaje‘ y ‘Qué puedo hacer‘, esta última un clásico de la banda proscrito durante temporadas y que pudo disfrutarla el personal masivo. Qué impactante en un ambiente jovial ver a este misma masa también corear al unísono «Si está bien, si es tan fácil, porque este vacío que siento». Coro dolorido que sin contradicción sonríe y baila viendo a sus ídolos.
En su proverbial parquedad, que si hacen alardes a veces no es fácil entenderles inclusive, se hizo mención un par de veces a «Los Planetas verdaderos», a saber con cuántas segundas va el comentario de su líder, debido a la ausencia de Eric y Banin, en una audiencia de treintantos años para arriba y mucho más allá en donde, sobre todo, destacó la salvajada de ‘La caja del diablo’, descarrile ruidista con potente letra que incorporó un popero ‘papapapapa’ de J que maravilló en su despliegue de capas e inopinado toque festivo.
Un pop de un disco debut lleno de dolor y amor en sus letras sencillas y efectivas. Y sin dejarnos ‘Jesús’ o ‘Brigitte’, volvemos a esa primera ‘Mi hermana pequeña’, que no pertenece al disco, como canción que contiene justamente todo el amor y odio del grupo, y ese poso casi de pequeñas gotas de sabiduría oriental sintética: «Cuando todo parece que marcha mal ten en cuenta que puede ser que sólo lo parezca». Gran concierto.
Justo antes, habían actuado Dinosaur Jr., ingenioso nombre, y que comenzó demasiado pobre de sonido para ir remontando pronto con sus clásicos de grupo señero del indie norteamericano, con J Mascis en su zen habitual acompañado de un Lou Barlow en un estado de forma espectacular para acometer joyas del arpegio como ‘Out There, ‘ Little Fury Things’ e incluso ‘Just Like Heaven’ de The Cure. Nivel compositivo probablemente incomparable en este evento.
Destacar también el papel de Baiuca como continuadores de la fiesta, en su mezcla de electrónica y galleguismo, al contrario que Joe Goddard, que fue un ‘after’ demasiado distante, unos Editors como grupo ‘más festivalero’ de esta primera del Tomavistas, y que no fallaron, y el retorno de Standstill, que suponen una mezcla de Vetusta Morla y León Benavante, con algún toque progresivo de Radiohead y folk a lo Eels, y que para algunos será estomagante y para otros una gloria.
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