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Crítica de ‘Griselda’: Joaquín Reyes disfrazado de mafiosa da la razón a Arturo Pérez Reverte


Si hay algo que sabemos de Netflix es que ama las fórmulas y allá por 2015 dio con una que le reportó éxito y aclamación internacional con ‘Narcos’. El magnetismo del mito de Pablo Escobar cautivó a la audiencia de la plataforma. En 2018, como si de una franquicia de comida rápida se tratara, decidieron llevarse la fórmula desde Colombia al norte con ‘Narcos: México’. No funcionó mal, pero no sabía igual que la original.Noticia Relacionada estandar No Sofía Vergara, sobre el narcotráfico: «Mi hermano estuvo en el negocio y lo mataron en 1996» Aarón Espí La actriz, que se encuentra en plena promoción de ‘Griselda’, se confiesa su divorcio de Joe Manganiello, su belleza y sobre el tráfico de drogas en ColombiaEl análisis de Netflix fue acertado: necesitamos otro mito a la altura de Escobar para que funcione y ¿qué mejor mito que La Madrina, La Patrona, la mismísima mujer que le dio la alternativa a Escobar en sus inicios? Su nombre es Sofía Vergara . ¡Perdón! Queríamos decir Griselda Blanco, pero mentiríamos si dijéramos que es una serie sobre ella. Todo en ‘Griselda’ tiene que ver con Sofía Vergara y no con la narco en la que se inspira. La actriz ha devorado al personaje por completo y de Griselda Blanco no quedan ni las raspas. Gran noticia para los fans de Vergara, terrible para los amantes de las buenas historias. El segundo gran problema de ‘Griselda’ es la caracterización y el maquillaje. Desconocemos si el equipo de maquillaje de Vergara era el mismo que durante años disfrazó a Joaquín Reyes de Tita Cervera, Pitita Ridruejo, Madonna o Björk entre otras personalidades, pero desde luego lo parece. En cada primer plano de Vergara uno no puede evitar escuchar en su cabeza la voz de Reyes entonando -¡Hola! Soy Griselda Blanco, entrepreneur, madre y viuda negra-. Imposible concentrarse cuando las prótesis saltan tantísimo a la vista. Total, que al final sólo se ve a Sofía Vergara disfrazada de carnaval y así es muy complicado creerse nada.Pero quizá el mayor pecado de ‘Griselda’ lo atisbó Arturo Pérez Reverte en los veinte minutos que duró viéndola antes de cambiarse a una del oeste: el tufillo de telenovela que desprende a lo largo de los seis capítulos nunca se disipa. Demasiado dramita y poca balacera. Y de historias de mujeres narcotraficantes algo sabe Pérez Reverte y a ‘La Reina del Sur’ nos remitimos. ‘Griselda’ tiene mucha prisa y en lugar de consolidar la historia con un poco de contexto anterior a su escalada y llegada a Miami, en tan solo capítulo y medio La Patrona ya es la reina del mambo y no hay quien le tosa. No hay crecimiento, no hay desarrollo. Esta serie lo hace todo demasiado deprisa. A ratos quiere ser ‘Narcos’, a ratos ‘Blow’ y a ratos ‘Betty la fea’ y por desgracia se acaba convirtiendo en un ‘Celebrity’ sin gracia de ‘La hora chanante’. Parece que la fórmula se le ha estropeado a Netflix y esta vez ha pinchado en hueso a pesar de una intensiva y polémica campaña de promoción. Totalmente prescindible.

Content Source: www.abc.es

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