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Daniel Brühl: «Hay demasiadas críticas y muchas no me importan»

A Daniel Brühl (Barcelona, 1978) quien le pone los pies en la tierra es su familia. Lo tiene claro. Y no es fácil tenerlos en un mundo lleno de alfombras rojas, flashes y éxito. Acumula más de cincuenta títulos a sus espaldas y desde que Tarantino puso sus ojos en él para ‘Malditos Bastardos’, despegó una polifacética carrera en la industria americana. Jurado en el Festival de Cannes y con candidaturas a los Globos de Oro, a los Goya y a los premios de la Academia de Cine Europeo, este polifacético actor hispano-germano de padre teutón y madre española encarna con el mismo rigor a Niki Lauda en ‘Rush’ que al entrañable hijo de una comunista en coma en ‘Good bye, Lenin!’.

Ahora se pone en la piel del diseñador de moda Karl Lagerfeld en la nueva serie de Disney+ que se estrena el viernes. «Llevó una vida de extremos. Vivió una gran humillación hasta el final. Sufrió la presión que hay bajo los focos de una forma brutal como también la soledad. Yo no he vivido esos extremos, pero sí que los he conocido. Es difícil encontrar ese equilibrio para vivir una vida sana. Después de la locura de las alfombras rojas y mucha gente a mi alrededor tengo que volver a casa. Mi familia es mi ancla, mi balance, mi equilibrio», explica el actor a ABC.

En pleno auge de biopics del mundo de la moda, ‘Becoming Karl Lagerfeld’ sigue el ascenso del diseñador en el mundo de la moda parisina de la década de 1970, su rivalidad con el socio de Yves Saint Laurent así como la relación con el gran amor de su vida: el empresario Pierre Bergé. No es un simple paso por los hitos del diseñador, es una ventana al hombre que se esconde detrás de un impulsor del ‘prêt-à-porter’, un ser solitario y misterioso. «La mayoría pensamos que lo conocemos, pero pocos saben cómo era en realidad este hombre».

Brühl tuvo que documentarse mucho para encarnarlo. Se leyó tres biografías, las tres contradictorias, y vio muchos documentales, aunque fue clave conocer a las personas que trabajaron con él así como su propio encuentro personal con el artista. «Este papel es un regalo como actor y por eso lo asumo con empatía, respeto y responsabilidad». Y pese al trabajo previo y necesario de documentación, es necesario dejarlo a un lado una vez arranca el rodaje. «Tienes que olvidarte de los miedos porque entras en un camino íntimo y al mismo tiempo desconocido y lo tienes que llenar de verdad. Si no, estás perdido».

Demasiadas opiniones

Encarnar a una persona tan expuesta a los medios desde el principio y tan conocida como Lagerfeld es un arma de doble filo. Su figura ya de por sí atrae,, pero las comparaciones son inevitables. Si hay algo que a Brühl le pone nervioso son las presentaciones en Berlín, donde vivió más de 20 años. «Sé perfectamente cuando mis amigos de allí me mienten o no cuando me dan su opinión», reconoce. Aunque asegura que las críticas las acoge generosamente solo si las entiende. «Agradezco las críticas cuando hay puntos que los puedo comprender, si no, no. Hoy en día hay muchísimas opiniones. Demasiadas. Hay muchas que no me importan, y mira que soy extraordinariamente autocrítico. Muchísimo». Una de las premisas que marcó el actor fue interpretar el rol en francés. Si hubiera sido alemán o inglés no lo hubiera aceptado porque París era la cultura que el diseñador amaba, su hogar.

A pesar de los tiempos extraños que han vivido recientemente la industria del cine, Brühl se considera un afortunado por poder vivir de lo que más disfruta. «Hemos podido defendernos de los peligros que hoy acecha al cine con las huelgas. Tengo la fe de que la inteligencia artificial no tiene la última palabra en el cine. La verdad no se puede crear con la IA. El cine sigue vivo». Además, reconoce que la aparición de las plataformas han ofrecido más propuestas a los actores.

Content Source: www.abc.es

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