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Julia Altares, guionista de ‘Amar es para siempre’ durante diecinueve años: «Hay doble final, uno de temporada y otro de serie»


Julia Altares (Madrid, 1962) firmó, junto a Enric Gomá, el primer episodio de ‘Amar en tiempos revueltos’ , ambientado en 1936. Se emitió en La 1, cuanto todavía se llamaba La Primera, a finales de septiembre de 2005. Julia Altares firmó, junto a Macu Tejera , el último episodio de ‘Amar es para siempre’ , ambientado en 1983. Se emitirá en Antena 3 a finales de febrero o principios de marzo de 2024.Entremedias, más de 4.500 capítulos emitidos casi de manera interrumpida durante 19 años, incluso durante el confinamiento . Al principio, cada entrega duraba apenas media hora. Al final, sesenta minutos. Siete temporadas en Televisión Española y doce en Antena 3. Algunas más cómicas, otras más sociales. Algunas más dramáticas, otras más románticas. Sesenta folios cada semana. ‘Amar…’ es la serie diaria española más longeva y Julia Altares , la única guionista que ha estado desde el principio hasta el final. Hasta una exministra de Cultura, Ángeles González-Sinde fue compañera suya de batallas.Tres intérpretes llevan desde entonces: Manu Baqueiro, Itziar Miranda y Jose Antonio Sayagués. O sea, los Asturiano . Secundarios que el tiempo les puso en su sitio, en su lugar: protagonistas. Siempre bajo la dirección de Eduardo Casanova . El otro. Un histórico.En general, el tema político ha dejado de interesar o a lo mejor levanta más ampollas Julia Altares Guionista de ‘Amar en tiempos revueltos’ y ‘Amar es para siempre’«¡Dios mío, 19 años de historia! Y de años de intrahistoria de la Historia de España. Increíble. ¿Qué te cuento? Estaba haciendo unas notas de lo que no se me puede olvidar…», reacciona, entusiasmada, Julia Altares en conversación telefónica con ABC. Vayamos, entonces, al principio de los tiempos (revueltos). La productora, Diagonal , reunió a los autores de la primera serie diaria que se emitió a nivel nacional, ‘El súper’ (1996-99), en Telecinco. Allí trabajó Rodolf Sirera (75), el ‘alma pater’ de ‘Amar en tiempos revueltos’ (junto a Josep Maria Benet i Jornet y Antonio Onetti), y nuestra entrevistada, Julia Altares . El contrato era de 135 entregas. Podría haber prórroga (la hubo: 65 más). Aquella era la duración habitual de la telenovela española.Pero el éxito –más de dos millones de espectadores cada día– suscitó una secuela. Había dos caminos: el fácil (el continuismo, el conservadurismo) o el difícil. Y Rodolf Sirera optó por el borrón y cuenta nueva. Está la fórmula de la Coca-Cola. Y la fórmula de ‘Amar…’ . Contar cada año una historia diferente con nuevos personajes, nuevos temas, para así no agotar a los protagonistas, cuyas tramas terminaban en alto, ni a los televidentes. No así los decorados. Siempre había una nueva familia rica en el barrio. Seguían los Asturiano. La Plaza de los Frutos. Dicho nexo de unión facilitó en 2012 el cambio de cadena . En TVE no estaban para tirar cohetes y en Antena 3 fueron rápidos. «Aunque abordásemos hechos muy significativos, ‘Amar’ es la intrahistoria de España, del modo unamuniano, la historia de España vivida por personajes. Hemos tratado el racismo, la homofobia , el acoso, el maltrato, la drogadicción…», explica la también dialoguista. No era sólo entretenimiento. Hubo una temporada de ‘Amar en tiempos revueltos’ en que Manolita ( Itziar Miranda ) se enganchó los fármacos. Su vocación nunca fue hacer una serie política, tendenciosa. Ni de izquierdas ni de derechas. Cada personaje representaba un punto de vista. Militares. diplomáticos, abogados, periodistas, la farándula… Pelayo (Jose Antonio Sayagués), por ejemplo, siempre fue comunista, de Carrillo. El galán de la tercera temporada de ‘Amar en tiempos revueltos’ , que trabajaba en una productora de cine, planeaba asesinar a Franco. Pero no es lo mismo ambientar una temporada en los años cuarenta, en plena posguerra, que en los sesenta (Rodolf Sirera expresó su deseo de finalizar la serie antes de llegar a esa década). La octava temporada de ‘Amar es para siempre’ tuvo como hilo conductor la Matanza de Atocha y como protagonistas a unos abogados. «En los últimos años, el contenido político no gusta a ninguna de las televisiones. No de un signo u otro. En general, el tema político ha dejado de interesar o a lo mejor levanta más ampollas», reconoce Altares.Manu Baqueiro, Itziar Miranda y Jose Antonio Sayagués son Marcelino, Manolita y Pelayo en ‘Amar en tiempos revueltos’ Javier HerraezEn lo creativo, siempre hubo libertad absoluta. Y mucha documentación. Hubo otra temporada en la que uno de los titulares era boxeador, al que interpretó Álex García . Los personajes tenían que hablar como en la época. «Menos mal que ya existía Google. Hemos leído muchos libros y películas de cada época», admite la guionista. El resto era cosecha propia, o sea, lo vivido por sus escritores; cada uno de su condición. Y se cometían gazapos, aireados por los espectadores en los foros de internet.«Hemos tenido una audiencia superfiel, pero beligerante y muy regañona», comenta Julia Altares. Entre ellos, Javier Marías . El escritor. Su amigo. «Me echaba unas broncas», recuerda. No disparen al guionista, pues a veces los actores tenían la culpa y recurrían sin querer a expresiones adelantadas a su tiempo. Una broma recurrente, sin embargo, era que el elenco decía exactamente lo que ponía en el texto. No había mayor honor para un guionista. La verdad es otra: con semejante ritmo de grabación, no les daba tiempo a cambiar ni una coma. A la guionista siempre le llamó la atención que tantos hombres –escritores y políticos inclusive– vieran ‘Amar en tiempos revueltos’ . Altares tiene el vago recuerdo de que hasta Florentino Pérez se le declaró fan.Y si hay que elegir entre papá o mamá, Altares se queda con ‘Amar en tiempos revueltos’ : «La gran pena del paso de TVE a Antena 3 fue que Rudolf Sirera se fue. En TVE teníamos más libertad. No por nada, sino porque iba de maravilla. Cuando una serie tiene audiencia, no se meten con ella. Él, cuando vio que a lo mejor había más discusión con los productores, se fue. Los coordinadores de guion duraban uno o dos años porque era agotador». Aún así, tiene buenas palabras para ‘Amar es para siempre’ . Como aquella temporada, con un matrimonio que regentaba una tienda de electrodomésticos, en la que participó Ana Torrent . «Ha habido temporadas muy enloquecidas con unas tramas… de espionaje, de locuras… Hubo una en concreto que ya no podíamos… Me parecía traicionar el espíritu de ‘Amar en tiempos revueltos’ », confiesa.Los actores Nancho Novo y Ana Torrent durante la presentación de la 5 temporada de la serie ‘Amar es para siempre’ GtresSe le atragantó la novena temporada, aquella en la que una de los hijos de los Asturiano moría por culpa de las drogas. Fue propuesta de las coordinadoras de guion: menos política y más ‘carnaza emocional’. Pero resultó ser un año triste y agotador, con tanta emoción y dramatismo, así que al siguiente se metieron de lleno en la Movida madrileña, con ‘alter ego’ como Pedro Almodóvar o Fabio McNamara. «He llorado mogollón escribiendo esta serie. Hubo un momento en que me tocaban todas las muertes. ¡Dios mío! Por lo general, siempre ha sido una serie muy luminosa, de homenaje a nuestros padres y abuelos; meter todo lo que habíamos vivido y lo que nos contaban nuestros familiares». La brújula de Julia Altares ha sido, durante estos 19 años, su suegro de 106 años.Incendios, derrumbes, tragedias… Ha habido de todo en ‘Amar es para siempre’ . «Esta suposición de que los giros de guion y las muertes dan subidón… Eso es un poco forzado. Nosotros en ‘Amar en tiempos revueltos’ no necesitábamos tirar de esos recursos. La propia historia dramática mantenía a los espectadores a tope». A Altares le apetecía mucho contar los años ochenta, pues ahí sí podía tirar, más que de hemeroteca, de memoria. Pero Antena 3 anunció que la duodécima temporada sería la última; una decisión sorprendente y estrambótica, según la guionista, porque podría haber llegado hasta nuestro presente. Ganas e ideas había. La ‘biblia’ de los nuevos capítulos ya estaba escrita. Había margen de maniobra, pero no el suficiente como para hacer borrón y cuenta nueva. Hasta se barajó saltar al presente. Así que para esta temporada final, capitaneada nuevamente por los Asturiano, apostaron por el melodrama y una historia que siempre funciona: la madre que quiere recuperar a su hija tras darla en adopción a una familia rica. Ha habido fuegos artificiales. «Hay doble final; uno de temporada, que se resolverá toda la trama de este año, y otro de serie, una semana más con sus cinco capítulos donde vienen personajes de otras temporadas. Será más ‘tranquila’ y emotiva», avanza Julia Altares .Otras veces, durante estos 19 años, sí han tenido que improvisar. Porque a veces, las muertes no son exigencias del guión: «Ha habido mogollón de expulsiones tipo ‘Hay que matarla’ y de repente cambiar toda la trama porque era un personaje que no iba a morir, pero su actor o actriz [daba] problemas. Todos los actores de ‘Amar’ decían ‘No me matéis’ o ‘Matadme fuera [de pantalla]’ porque su sueño era volver en otro momento». Otras veces, la vida trastoca los planes. Paco Maestre , Celso en la ficción, murió en pleno rodaje. Itziar Miranda se quedó embarazada dos veces, así que, cuando la actriz paría, tenían que mandar al personaje de Manolita (madre de ocho hijos) fuera de Madrid.De todos los romances habidos, Julia Altares se queda con el primero, el original, el vivido por Antonio ( Rodolfo Sancho ) y Andrea (Ana Turpin), con Mario (Cristóbal Suárez) como tercero en discordia. También se queda con el de Ana (Marina San José) y Alfonso (Álex García), que acabó como el rosario de la Aurora; él, muerto y ella, con su cuñada, Teresa (Carlota Olcina). Funcionó tan bien aquella historia que duró más temporadas. En la séptima y última de ‘Amar en tiempos revueltos’ , el romance era entre dos hermanos que no sabían que lo eran. Pueden imaginar, o recordar, cómo acabó aquello.Rodolfo Sancho y Ana Turpin, en la primera temporada de ‘Amar en tiempos revueltos’ RTVEEscribir una serie diaria como ‘Amar’ es –ha sido– todo un reto, pues es un encaje de bolillos. «En el fondo, es un tetris», resume Julia Altares . Había actores, por ejemplo, que sólo podían salir en cinco secuencias. Ese era uno de tantos límites. La gran queja de los guionistas eran los figurantes sin frase: «No es que al guionista no se le ocurra escribir ‘Gracias, hasta mañana’; es que no puede. No se puede porque los figurantes sin frase cobran una cosa y los figurantes con frase cobran otra. Hemos tenido que poner una planta para que el protagonista hablara con alguien… El guionista tenía que asumir riesgos y esfuerzos mayores para contar las historias en un marco muy delimitado».Julia Altares es una gran defensora de las series diarias: «’ Amar’ me ha permitido estos 19 años escribir lo que pienso de la vida y del mundo. No he necesitado escribir una novela porque ya lo escribía en ‘Amar’ ».

Content Source: www.abc.es

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