Karlos Arguiñano es uno de los cocineros más célebres del país y sin duda uno de los más queridos. Lleva décadas entrando cada día en las cocinas de miles de españoles y se ha ganado un estatus de prestigio entre los chefs.
Esa posición, unida a su carácter sin complejos y su gracejo natural, le han acreditado para poder decir, como acostumbra, lo que le plazca, siempre desde el respeto en su programa televisivo.
Más allá de chistes con los que acostumbra a entretener a su audiencia, el vasco también se moja con temas políticos y sociales de tanto en cuanto. Esta semana se ha pronunciado sobre el conflicto de Israel y Palestina.
En plena guerra en Gaza, y mientras Arguiñano cocinaba un tremendo plato de alubias y con codornices y setas con una pinta brutal, se dirigió a Benjamin Netanyahu con su desparpajo habitual.
«¿Sabéis de qué me estoy acordando ahora?» Preguntaba a su audiencia. «De Netanyahu», se respondía.
«Cocina un poquito, Netanyahu, que te va a cambiar el carácter. Te lo digo como lo siento. Te lo dice un abuelo de 13 nietos», añadía el chef, con su gracia.
Y, mientras seguía meciendo el plato que hacía las delicias de los espectadores, le lanzaba otro mensaje al líder israelí:
«Mira, mira, Netanyahu, mira, mira, mira, mira, mira lo que esto. ¡Mira lo que es esto! ¡Por favor! ¡Vamos a parar! ¡Vamos a parar un poquito!».
«Venga, nosotros a lo nuestro. Yo ya le he mandado un mensaje, no sé si me oirá. ¡Ay!», finalizaba el chef, en un mensaje muy aplaudido en redes sociales.
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