El pasado 21 de marzo, el periodista deportivo Siro López recibió en su casa lo que en principio creyó que era un regalo de cumpleaños (había hecho los 68 años el día anterior). Pero en aquel sobre no había nada parecido a una felicitación. En su interior, en cambio, había una demanda judicial de un viejo amigo y jefe. Josep Pedrerol le demandaba por competencia desleal. Comenzaba así el episodio más agrio de una enemistad que, alimentada de diferentes maneras, ha provocado el hartazgo de Pedrerol contra el que fue uno de sus más estrechos colaboradores.
En la demanda, de 33 folios por las dos caras, Pedrerol y su productora, Radiosportplus S. L., elegían la vía mercantil para intentar frenar a López de las continuas acusaciones públicas que hacía en sus intervenciones en Twitch, el medio donde el veterano narrador gallego ha encontrado su acomodo. Entre otras cosas, el que fuera uno de los periodistas más conocidos salido de la escuela de José María García acusó a Pedrerol de trato vejatorio a sus trabajadores, especialmente hacia los más jóvenes.
Desde llamarle «maltratador psicológico» a acusarle de «jugar con el puesto de trabajo de una persona» después de hacerla venir de Estados Unidos. Le señalaba también tras perder acuerdos de patrocinio o por supuestas presiones a medios para que cortaran toda relación laboral con él. Siro López llegó a decir que sólo hacía falta «que alguien tirara de la manta» y le denunciara. El que dio este paso fue Pedrerol que, según la demanda, entiende que estas constantes acusaciones e insinuaciones pueden hacerle un daño profesional y las ha llevado ante el juez.
«Si sentía que yo no estaba siendo veraz en las informaciones que daba cuando hablaba de él, y se consideraba denigrado o insultado, lo lógico es mandarlo por la vía del honor y no por la competencia desleal», argumenta el propio López ante sus miles de seguidores en Twitch. Y es que, según él, Pedrerol y su equipo legal (le asesora Javier Tebas Llanas, hijo del presidente de LaLiga), quieren silenciarle, más allá del asunto puramente mercantil. «Hablan de horarios coincidentes, cuando ellos están todo el día y yo solo a mediodía cuando puedo…», explica López.
Pero, ¿qué pide Pedrerol, en concreto? La demanda consta de dos partes. Por un lado, unas medidas cautelares consistentes en «el cese provisional de manifestar en cualquier medio con patrocinadores» cualquier información sobre Josep Pedrerol o ‘El Chiringuito’ en términos difamatorios o denigrantes, y borrar todos los vídeos, especificados en la misma denuncia, en los que consideran que se dan estos hechos. Además, reclama 370.000 euros por competencia desleal. Los abogados de Siro López y él mismo creen que esta es una forma de «instrumentalizar la justicia» e insisten en la intención de silenciarle.
Esta demanda, que había pasado desde ese 21 de marzo hasta el 9 de abril totalmente desapercibida, la destapa el propio Siro López en un vídeo en el que no solo se ratifica, sino que avanza lo que se iba a ver después: tenía un testigo cuya declaración jurada iba a convertir una cuestión personal en un auténtico debate sobre las presuntas formas y comportamientos de Pedrerol con sus trabajadores y, en concreto, con los más jóvenes.
Pablo Espinosa, el testigo de Siro López
La primera vista de este enfrentamiento judicial se produjo el mismo día 9, horas antes de que Siro colgara este vídeo en su canal de Twitch y, posteriormente, en Youtube. En esa primera comparecencia ante el juez, la de las cautelares, este decidió que todas fuesen desestimadas: no aceptó la petición de los abogados de Pedrerol de que Siro dejase de hablar de él, como tampoco que borrara los vídeos que consideraban denigrantes.
Además, también negó una inesperada petición realizada minutos antes del comienzo: que se guardase confidencialidad sobre la vista. El juez les recordó que, sin argumentación previa, artículo al que aferrarse y con tan poco tiempo de estudio, no había lugar. La vista se realizó en audiencia pública y ahí llegó el otro protagonista, desconocido para la gran mayoría: Pablo Espinosa.
Este joven periodista, de 26 años, fue el testigo que presentó la defensa de López para argumentar que las declaraciones sobre las que pedían las cautelares tenían todos los visos de veracidad. El extrabajador de Josep Pedrerol en ‘El Chiringuito’ declaró que vivió «un infierno» durante los 9 meses que trabajó como editor en el programa.
El vídeo, que él mismo compartió, acumula en menos de una semana más de diez millones de reproducciones y ha dado lugar a miles de comentarios en redes sociales. Para los muy tuiteros o para los forofos del fútbol se hacía difícil estar ajeno a una polémica que se ha mantenido como ‘trending topic’ durante días. Pese a todo lo relatado, Espinosa nunca demandó ante una inspección de trabajo lo que asegura que vivió.
Declaración íntegra de Pablo Espinosa ante el juez
Siro y Espinosa se conocieron en una cena en diciembre de 2023, en la que hablaron de lo divino y lo humano («él se metía conmigo por ser un ‘Panenkita’, yo con él por lo de Mbappé…»), pero todo quedó ahí. Meses después, el joven recibió una llamada. «Siro y yo tenemos un compañero en común y, cuando Josep le demanda, él le habla de mí. Me llamó el abogado de Siro. Desde el primer momento sentí que tenía que decir que sí», explica para ABC el propio Pablo, que ahora trabaja en ‘La Media Inglesa’, un medio de comunicación que trata sobre fútbol internacional y, sobre todo, la Premier League.
En una charla con este periódico, el joven insiste en lo que declaró ante el juez y que Pedrerol, pese a ser «un presentador espectacular» y «una bestia televisiva» somete a los jóvenes a constantes humillaciones y que detrás de él hay «mucho sufrimiento, mucho dolor y muchos sueños rotos». «Aquí lo que la gente se ha dado cuenta es que en la redacción más influyente de los deportes en España se sufre continuo acoso laboral», sostiene tal como declaró en la vista de cautelares.
«Dije ‘igual me equivoco, estoy haciendo una cagada monumental y me estoy enfrentando a un enemigo monstruoso’»
Pablo Espinosa
Extrabajador de ‘El Chiringuito’
El propio Espinosa, que asegura no haber visto el vídeo de su declaración, defiende su decisión de declarar y sus motivos, que considera ajenos al choque entre Pedrerol y López. «Dije ‘igual me equivoco, estoy haciendo una cagada monumental y me estoy enfrentando a un enemigo monstruoso’. Pero creo que tengo que ir y decir la verdad».
El origen: la bronca en Punto Pelota de 2012
Hace no tanto, Josep Pedrerol presentaba a Siro López como uno de sus tertulianos ilustres y más queridos. En los tiempos de ‘Punto Pelota’ en Intereconomía TV, Siro fue un miembro muy importante, hasta el punto de que llegó a considerarse casi la mano derecha del periodista catalán. Lejos quedan aquellos años, y la ruptura es tal que ahora mismo tienen un enfrentamiento público y notorio que ha trascendido el pique y las puyas en redes o en antena para elevarlo a un juicio.
El enfrentamiento ya judicializado es clave para entender la situación, que no viene ni mucho menos de ahora. Hay que remontarse a los orígenes casi del fenómeno ‘El Chiringuito’, antes incluso de que este existiera con este nombre.
En mayo de 2012, la tensión en el plató de Punto Pelota por una discusión futbolística habitual, todo saltó por los aires. Siro y Carme Barceló, contertulia de referencia en el sector barcelonista de Pedrerol, se enzarzaron después de la final de la Copa del Rey de aquel año, entre el Athletic y el Barcelona, donde no faltaron ni los pitos al himno de España ni la polémica en el césped.
Siro consideraba que era indigno el comportamiento de los jugadores con Quim Doménech, que en aquel momento estaba a pie de campo. Ningún futbolista culé se paró con el reportero (hoy mano derecha de Pedrerol) y López lo criticó con dureza, mientras Barceló le quitaba hierro. La discusión se elevó hasta tal tono que López soltó varios exabruptos en pleno fragor del debate. Pedrerol intervino, le llamó al orden de manera insistente y acabaron encarándose, hasta que el primero abandonó el estudio mientras el segundo le advertía de que se lo pesara bien.
La escena, que no acabó en las manos por muy poco (así lo confesó Siro López en una entrevista posterior, en el podcast ‘The Wild Project’) ya es historia de la televisión, aunque ahora en contexto cobra un mayor protagonismo.
De aquellos barros, estos lodos. Aunque Siro López volvió al programa unos días después y se mantuvo fiel a Pedrerol hasta los últimos días de Punto Pelota en Intereconomía y llegó a estrenarse durante un brevísimo tiempo en ‘El Chiringuito’, ya en Atresmedia, la ruptura entre ambos fue total poco después. Cuando al gallego le fichan en Mediaset para narrar el Mundial de Baloncesto, a Pedrerol no le gusta nada y se lo hace saber. Nunca más volvieron a ser amigos, ni mucho menos, hasta el punto de que separan sus caminos y poco a poco van mucho más allá, del simple distanciamiento a una enemistad clara, pública, notoria y judicializada.
La vista del pasado 9 de abril no es más que el primer paso del proceso que, según estima Siro López, no se resolverá hasta el próximo otoño. «Tenemos hasta el día 20 para responder a la demanda, preparar la defensa y seguir adelante», asegura, confiado de que puede salir victorioso de esta batalla. Por su parte, Pedrerol y sus abogados tendrán unos meses también para asentar su demanda mientras se sostienen en pleno vaivén mediático.
Y Siro López no será su único rival: este mismo jueves, el periodista Iñaki Angulo, mucho menos mediático y con muchos menos años de experiencia que el gallego, también tendrá que comparecer por la querella que Pedrerol le interpuso por haberle acusado a él y a ‘El Chiringuito’ de chantajear a Vinicius.
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