De vez en cuando ‘First Dates’ da una segunda oportunidad a solteros y solteras que intentaron encontrar el amor en su restaurante y no lo lograron. A Antonio (63), un profesor jubilado oriundo del municipio cordobés de Puente Genil, su cita le dio calabazas antes de acabar la cena cuando acudió al restaurante del amor por primera vez, hace ya cuatro años. Este miércoles 7 de febrero probó suerte otra vez. Conoció a Mariana (62), una mujer medio belga medio canaria que le quitó a Antonio el regusto amargo que le dejó el rechazo. De hecho, en esta ocasión fue él quien no quiso nada con ella. Noticia Relacionada First Dates estandar No Un soltero sugiere que quiere ‘echar un par de polvos’, pero su cita le para los pies: «Esos que presumen tanto…» María Robert Lo único en común que encontraron José y Manuela es que los dos querían a una persona más joven«Soy español y quiero pronunciar las cosas en español. Yo no digo Girona, digo Gerona. Y pienso que la mamá de ‘Alberto’ Rivera es malagueña, por eso siempre que hablo de él digo Alberto Rivera», arrancó diciendo el soltero a modo de presentación. Como buen amante de la Historia, Antonio anhelaba encontrar una mujer con cierto nivel cultural, a que le gustara bailar bachata y tuviese aficiones similares a la suya. Mariana (62), su cita, trabaja como agente inmobiliaria en Tenerife. Contó que su madre era pintora, por lo que guarda una colección inmensa de objetos antiguos en casa heredaras de sus progenitores. Era justo lo que Antonio quería, una persona a la que la cultura la llena tanto como a él. La clase magistral de Antonio a Mariana sobre Historia De entrada, le pareció un romántico escuchándolo hablar apasionadamente de ‘Madame Butterfly’ . Mariana estaba encantada como oyente mientras Antonio ejerciendo de profesor. Al menos al principio. El soltero asumió que a ella le interesaban las cosas que contaba porque es una mujer con inquietudes y abierta a recibir información de todos los temas culturales habidos y por haber. Pero lo poco gusta y lo mucho cansa. Antonio le dio un repaso a todas las artes, y a Mariana , aunque demostró que le gustaba el saber universal, también le hubiese gustado hablar de ella. O simplemente, poder hablar.A Antonio no le gustó Mariana por si físico y no quiso una segunda cita con ella Cuatro«Sabe muchísimo, el problema es que no deja hablar ni contestar. Es un poco intenso…», se quejó la soltera, que tuvo que repetirle varias veces que a ‘First Dates’ habían acudido a hablar del amor. Eso sí, sin mucho éxito. Cuando acabó con la Historia, el profesor empezó a reposar las bondades de la geografía española. «Es que no me deja hablar», volvió a lamentar Mariana en su entrevista con el equipo del programa. La única forma de que Antonio sacara su lado más terrenal fue con una bachata. También se pronunció por primera vez sobre su impresión acerca de su cita. Y no fue nada buena. «Yo me esperaba una mujer alta, de buen tipo… No era lo que yo esperaba», reveló. Así pues, contra todo pronóstico Mariana dijo ‘sí’ a que un hombre tan interesante como Antonio le siguiera enseñando mucha cultura de la Península Ibérica. Pero él le negó una segunda cita, alegando que no había química.
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