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Qué es verdad y qué no en ‘El caso Asunta’, la serie sobre la niña gallega asesinada por sus padres

La madrugada del sábado 21 al domingo 22 de septiembre de 2013, dos lugareños hallaban en el lateral de una pista forestal de Teo, en A Coruña, el cadáver de una niña.

«Creemos que está muerta, tiene los ojos en blanco, sangre en la nariz…», dijo uno de ellos, Alfredo Balsa, en su llamada a emergencias. Aquella niña que, efectivamente se encontraba sin vida, era Asunta Basterra Porto.

El caso, que conmocionó a todo el país y aún estremece, ha sido recientemente llevado a la ficción -aunque cuesta creer que lo sea, dado el nivel de detalle- con ‘El caso Asunta’, creada por Ramón Crespo, responsable también del extenso documental de 2017 que abrió en canal crimen y acercó los detalles a todos los españoles.

La serie, protagonizada por Candela Peña como Rosario Porto y Tristán Ulloa como Alfonso Basterra, reproduce con fidelidad varios momentos clave del caso y se permite licencias narrativas en otras ocasiones, algunas de ellas con el objetivo de preservar identidades de testigos y detalles cuya ausencia no desvirtúa el relato final.

En este texto analizamos ‘El caso Asunta’ al detalle, para compararlo con aquellos oscuros días de septiembre en los que la pequeña fue asesinada a manos de sus propios padres.

¿Qué es verdad y qué no en el caso Asunta?

Lo primero que vemos en la serie es una entrevista a Rosario y Alfonso en 2007 en Santiago, hablando de la adopción de su hija Asunta, nacida en China. Una entrevista que fue real y que en la serie se ha reproducido palabra por palabra, respetando incluso la ropa que ambos vestían en aquella ocasión, mientras hablaban a la cámara y jugaban por detrás: «Es como una maternidad biológica», afirmaba Porto.


Imagen antes - Rosario Porto y Alfonso Basterra en la citada entrevista y Candela Peña y Tristán Ulloa, en sus pieles, reproduciéndola en la serie
Rosario Porto y Alfonso Basterra en la citada entrevista y Candela Peña y Tristán Ulloa, en sus pieles, reproduciéndola en la serie

Con esta reproducción de la entrevista, Crespo y todo el equipo de Bambú producciones nos dejan claro que van fuerte: su intención es que sintamos que estamos viendo a los verdaderos Rosario y Alfonso en pantalla y tendremos esa sensación a lo largo de toda la serie, no sólo por la caracterización sino por las absolutamente impecables y extremas interpretaciones de Peña y Ulloa, metidos en la piel de sus personajes.

Tras el salto a 2013, vemos la imagen de Basterra y Porto acudiendo a la comisaría de Policía a denunciar la desaparición de su hija, pero la vemos como en su día trascendió en los medios: a través de una cámara de seguridad. Plano calcado.

La denuncia y el hallazgo del cuerpo

Los padres de Asunta acudieron a las dependencias policiales aparentemente preocupados, nadie sabía en ese momento lo que había ocurrido durante la tarde, el viaje a Montouto, la pista forestal, el lorazepam. Pero el cuerpo de la niña ya estaba tirado en el suelo, aunque aún faltaban horas para que los dos hombres que llevaban toda la tarde en el bar y pretendían irse de fiesta se la encontraran.

Como nos cuentan en la serie, Balsa y su amigo pasaron con el coche por la pista forestal de Teo cuando vieron el cuerpo de Asunta, pero como iban bebidos y les habían quitado el carnet, decidieron volver, dejar el coche en el bar y regresar andando al lugar del hallazgo. Poco tiempo tardó la Guardia Civil en averiguar que era imposible que vieran el cuerpo al pasar andando dadas las condiciones de luz, lo que derivó en que confesaran su maniobra del coche. Confesaron por qué habían dado la vuelta para dejar el coche en el bar y, aunque contaminaron la escena del crimen con colillas de tabaco, les dejaron irse a su casa.

El registro de la casa de Montouto

Los agentes de la Policía Judicial, interpretados por María León y Carlos Blanco en los papeles de Cristina y Ríos -aunque en la realidad se llaman Begoña y Martínez-, ponen rumbo a Santiago para dar la mala noticia a los padres de Asunta. Una vez en la casa, descubren que el matrimonio tiene una casa a las afueras de Santiago, en Montouto, a la que piden que les acompañen. Aunque en la serie no lo vemos, Rosario en un primer momento se negó. No quería volver a Montouto.


La dustancia entre la finca de Montouto donde asesinaron a Asunta y la pista forestal donde dejaron el cadáver

Una vez en la casa, una enorme finca amurallada con piscina y pista de tenis, Rosario Porto dice que tiene que ir al baño y sube a la planta de arriba, pero Martínez, haciendo bien su trabajo, la sigue. Es en ese momento cuando la madre de Asunta intenta manipular la papelera, lo que hace sospechar al agente. Como ocurrió en la realidad, lo vemos en la serie.

El motivo que deducen en la instrucción que tenía Porto para tener esa urgencia por esconder el contenido de la papelera lo conoceremos después con las famosas cuerdas naranjas que se hallaron tanto en la casa de Montouto como en el lugar donde dejaron el cadáver de la niña.

Es también ese momento el de la primera versión de Rosario, tal y como vemos magistralmente interpretado por Candela Peña. Les cuenta a los guardias civiles que había estado por la tarde allí para buscar unos bañadores mientras Asunta se quedaba estudiando en casa, un relato que cambiaría más de una vez.

La detención de Rosario Porto en el tanatorio

Ya en el primer capítulo conocemos al juez de instrucción Malvar, a quien interpreta Javier Gutiérrez, que encarna la figura del juez Tain, también de carácter mediático como el personaje del actor de ‘Águila Roja’.

Es él el que, tras ver la famosa escena del Mercedes de Rosario camino de Montouto y captada por la cámara de seguridad de una gasolinera, ordena la detención al concluir que la mujer no va sola y que Asunta parece ir sentada en el asiento del copiloto.

La detención de la madre se produce, efectivamente, durante el velatorio de la niña, dos díás después de la muerte de esta y tras haberle sido realizada la autopsia.

Por extraño que pueda parecer, sí, la escena en la que vemos a Rosario y Alfonso hacerle fotos al féretro de Asunta en el tanatorio ocurrió de verdad. Minutos después, el agente Ríos -Martínez en la realidad- accede al recinto para llevarse a Porto fuera y comunicarle, una vez en el coche, su detención por incoherencias en su relato de los hechos.


Rosario Porto haciendo fotos al féretro de su hija, algo que también se reproduce en la serie


TELECINCO

Rosario, que sufre de su salud mental y ha estado incluso ingreasa, se encuentra sola y con una ansiedad brutal en uno de los calabozos de la comandancia de la Guardia Civil de Santiago, por lo que comienza a tocar el timbre insistentemente para que alguien acuda en su ayuda. El nivel de detalle de la ficción de Crespo es espectacular, hasta el punto de que la conversación que en ese momento mantiene con el agente («Os he pillado en el cambio de turno o algo») es tal cual se produjo en la vida real.

La detención de Rosario la comunicó en directo desde el tanatorio la portavoz de la familia, la periodista Tereixa Navaza, que aseguró ante las cámaras que se agolpaban en el patio del recinto, tal y como vemos en la serie, que si a ella le hablaban de incoherencias, podía entender a su amiga, dadas las circunstancias de la muerte de su hija: «Creo total y absolutamente en la inocencia de la madre de Asunta. Pondría los pies y la cabeza en una hoguera y que me los cortaran», sentenció.


Tereixa Navaza, portavoz de la familia

El informe toxicológico, el funeral y la pregunta del reportero que indignó a Basterra

Tras asistir al funeral de Asunta, donde tuvieron que lidiar con la prensa para impedir que entraran en la iglesia, Alfonso Basterra comienza a estar en el punto de mira de los policías encargados de la investigación del caso.

El informe toxicológico ha llegado y se ha detectado que en el cuerpo de Asunta había una cantidad de lorazepam -un potente ansiolítico- equivalente a 27 pastillas. Alfonso es el encargado de gestionar los medicamentos de la familia, hay lorazepam en su casa y, lo que les pone en alerta definitiva: comienzan a llegar testimonios de profesores de Asunta que declaran haber visto a la niña muy mareada en varias ocasiones a lo largo del verano.

Justo antes de la detención del padre de la niña, se repropduce la famosa escena en la que un reportero -en la serie no se identifican medios reales, pero en su día fue Sergi Ferre, de ‘Espejo Público’, Antena 3- le pregunta a Basterra si está implicado en la muerte de su hija. «Se te va a caer la cara de vergüenza cuando veas el vídeo», respondió Alfonso, en una imagen que dio que hablar y que puse de manifiesto el cariz mediático que había alcanzado el caso en todo el país.

La reconstrucción en Montouto

En cuanto al registro de la casa de Montouto ya con el juez instructor presente, tratando de hacer una reconstrucción de lo ocurrido la tarde del 21 de septiembre, lo que más llama la atención es el detalle hasta el extremo que, de nuevo, se cuidan de mantener.

Como el fular morado que porta Rosario antes de poder cambiarse de ropa o las risas distendidas de esta mientras comía y fumaba en el jardín, en una espeluznante escena dadas las circunstancias que dio que hablar durante días.

Imagen después - Qué es verdad y qué no en 'El caso Asunta', la serie sobre la niña gallega asesinada por sus padres
Imagen antes - Qué es verdad y qué no en 'El caso Asunta', la serie sobre la niña gallega asesinada por sus padres

Tras el paso por la finca, ambos padres son trasladados a comandancia, donde se decide ponerlos en calabozos cercanos para que puedan hablar entre ellos y tratar así de hallar alguna pista de la implicación de ambos en la muerte de su hija.

Es una de las escenas de la serie más aplaudidas y es que da la sensación de que estamos viendo el documental y no la ficción debido a la fidelidad con la que Candela Peña y Tristán Ulloa reproducen la que es una conversación clave en el caso y que aumentó las sospechas con respecto al papel de los padres de Asunta en su muerte.

«¿No te dio tiempo a hacer eso, no?», «Tu mente calenturienta nos va a meter en problemas» o «No digas nada inconveniente que nos están grabando» son algunas de las frases más polémicas que se dijeron los por entonces exmarido y exmujer aquella tarde.

Conforme avanza la serie, surgen las dudas especialmente en lo que a la implicación de Basterra se refiere, no en vano lo único que no se pudo probar en el juicio fue su presencia en Montouto. A medida que el interés mediático crecía, se iban filtrando más de detalles, como la presencia de porno asiático en el ordenador de Alfonso -motivo por el que trató de ocultar su pc-, el amante de Rosario que derivó en la separación o las fotos en poses sugerentes y disfraces varios que guardaban de Asunta.

Desde el primer momento, Basterra trató de ocultar que la niña era la hija de Rosario Porto, abogada muy conocida en Santiago de Compostela, por eso llamó a ‘El Correo Gallego’, donde él trabajo años atrás para pedir el favor de eliminar ese dato de la noticia. De nuevo, detalles de la realidad que se reproducen en el guion de la serie con maestría.

Las paredes azules de la casa de Rosario, los post-its recordatorios en la puerta de la vivienda, los champiñones de la última comida de Asunta y que se hallaron en su estómago en la autopsia, la relación de compras de lorazepam de Basterra coincidiendo con los mareos de la niña en el colegio o el momento en el que, durante las declaraciones formales ante el juez de instrucción, Porto se da cuenta de que la están grabando a través de la ventana… Detalles de calidad de una serie que pretende, desde el respeto, ofrecer un relato real que en ocasiones pone los pelos de punta por su absoluta perfección.


El momento en el que Rosario Porto se percata de que la están haciendo fotos a través de la ventana y que también aparece en la serie

Los testigos y el semen de la camiseta

A escasos metros de donde encontraron el cadáver de Asunta, vivía Manuel Crespo, el vecino, retratado en la serie, que aseguró haber paseado con su mujer por la pista forestal pasadas las once de la noche y que juraba y perjuraba no haber visto nada.

Por él se hicieron pruebas de luminosidad para tratar de saber si habría sido posible ver el cuerpo al pasar caminando y a su testimonio se aferradon los abogados José Luis Gutiérrez Aranguren (clavado por Francesc Orella en apariencia y comportamiento) y Belén Hospido (idem por Alicia Borrachero). Él siguió manteniendo que allí no había ningún cuerpo cuando él pasó, pero su testimonio no caló en el jurado.


A la izquierda, Candela Peña y Fracesc Orella, a la derecha, Rosario Porto y su abogado

Tampoco se dio veracidad total a la declaración de una conocida de Asunta de clase de francés, que se encontró, aseguraba, con Alfonso y Asunta en la tarde del 21 de septiembre y cuyo testimnoio habría sido clave para determinar que el padre de la niña salió de casa esa tarde a pesar de negarlo de manera rotunda. Las cámaras de seguridad y la hora del ticket en la que figuraba la compra de unas zapatillas en las inmediaciones de la vivienda de Basterra desmontaron su argumento.

Como nos cuentan en la serie, en la camiseta de Asunta, una vez enviados los tejidos a Madrid para tratar de determinar qué eran exactamente las manchas blanquecinas aparecidas en ella, se detectó semen perteneciente a Carlos Murillo, un extranjero residente en Madrid que fue interrogado por videollamada y del que se probó que estaba en un local de restauración madrileño el día de los hechos gracias a un ticket y unas fotos. Las muestras se habían contaminado en el laboratorio.

La traca final de la serie nos lleva al juicio, donde de nuevo se ponen todos los empeños en reproducir lo que se vivió en realidad durante las 24 vistas celebradas en 2015.


Imagen real del juicio

La ropa, los gestos, los diálogos… El equipo de la serie se esfuerza en hacernos sentir que estamos reviviendo aquel caso de pesadilla y lo logran, llegando a estremecer por momentos por lo fiel de sus interpretaciones y detalles estéticos.

Y, aunque la cronología exacta del crimen y cómo se produjo no terminó de esclarecerse, y en la serie nos muestran dos posibles versiones -la de Alfonso escondiéndose en el coche de camino a Montouto es una de las teorías- con el objetivo de hacernos pensar y reflexionar sobre el juicio mediático, el jurado por unanimidad declaró culpables a ambos padres.

En definitiva, más allá de licencias narrativas sobre la vida personal de los agentes policiales o del juez, que no tienen relación directa con el crimen sino con el desarrollo de los personajes, si uno ve ‘El caso Asunta’ y después le pega otro visionado sl documental de 2017, tendrá la sensación de estar viendo dos veces lo mismo. Y eso es una absoluta genialidad. En palabras de Rosario Porto, «lo que no se cuenta y no se dice no existe», pero el ‘El caso Asunta’ hay que contarlo, hay que hablar de él y, por supuesto, hay que verlo.

Content Source: www.abc.es

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