El 18 de noviembre de 2020, siete años después de asesinar a su hija, crimen por el que fue condenada a 18 años de cárcel, Rosario Porto se suicidó en el penal de Ávila en el que estaba interna.
Siempre mantuvo su inocencia con respecto a la muerte de Asunta, sin embargo, en el juicio celebrado en 2015, los nueve miembros del jurado la declararon culpable junto a su marido, Alfonso Basterra, por unanimidad.
Tras varios intentos de suicidio fallidos, se quitó la vida ahorcándose en su celda y ahora sus restos descansan junto a los de Asunta, su hija adoptiva, a la que, tal y como recogía la sentencia, asesinó el 21 de septiembre de 2013.
Rosario provenía de una familia adinerada por lo que, tras la muerte de sus padres en 2012, heredó varias propiedades y cuantías económicas que, tras su suicidio, previa redacción de testamento, dejó asignadas.
Nada para Alfonso Basterra, quien fuera su marido y padre de Asunta, con quien no mantuvo contacto desde que ambos fueron destinados a prisión.
La principal heredera de Rosario Porto fue una amiga, María Teresa Sampedro Portas, conocida como ‘La Nena’.
El destino de la fortuna de Rosario Porto, valorada en tres millones de euros, ha sido objeto de especulación desde su trágico fallecimiento. Sin embargo, con el tiempo se ha arrojado luz sobre el inesperado curso que ha tomado su herencia.
‘La Nena’ en cuestión es íntima amiga de Socorro Ortega, madre de Rosario Porto. María Teresa estuvo al lado de Rosario durante todo el proceso judicial, desde su detención hasta su reclusión, incluso se encargó de recoger las cenizas de Asunta del tanatorio. Una lealtad que trascendió la amistad convencional, como ella misma afirmó durante el juicio, describiendo su vínculo como «más que de amistad, de familia».
Cuatro viviendas en total
Por esta razón, Rosario designó a María Teresa como la principal heredera de su vasta fortuna. Además de los bienes materiales, como cuatro propiedades y una colección de arte y joyas valoradas en medio millón de euros, María Teresa también se hizo cargo de los gastos funerarios de Rosario y de la sepultura de Asunta, en una emotiva muestra de lealtad y afecto.
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Piso en el Ensanche de Compostela (su vivienda habitual)
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La casa de Montouto en la que asesinaron a Asunta
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Otras dos viviendas heredadas de sus padres de las que no ha trascendido dirección
Junto a María Teresa, figura Juan Guillán, amigo cercano del padre de Rosario, quien compartió la herencia en partes iguales. Asimismo, Rosario legó parte de su patrimonio a su defensor durante el juicio, José Luis Gutiérrez Aranguren, y a una prima lejana, así como a dos compañeras de prisión, quienes recibieron el suntuoso joyero de la familia.
Sin embargo, a pesar de los deseos testamentarios de Rosario, los letrados optaron por renunciar a su parte de la herencia, dejando a María Teresa como única heredera. Esta decisión, aunque sorprendente, consolidó el legado de confianza y lealtad que Rosario depositó en su amiga de toda la vida.
Además de los bienes materiales, Rosario dejó una conmovedora petición a sus herederos: realizar donaciones a organizaciones benéficas como Amnistía Internacional, SOS Presos de Galicia y Human Rights Watch, una muestra final de su compromiso con las causas humanitarias que siempre la caracterizó.
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