Cuando en una cita de ‘First Dates’ un comensal quiere seguir conociendo a su pretendiente y el otro no, normalmente quien rechaza intenta hacerlo de la forma más diplomático posible. No fue el caso de Emilio ( 20) y Paula (19), cuya velada acabó con un comentario muy desafortunado. Primero llegó al restaurante de citas de Cuatro Emilio, un chaval apasionado del baloncesto e ilusionado con encontrar una pareja estable risueña, deportista y con ojos bonitos para pasear con ella de la mano. Paula , por su parte, se considera a sí misma una princesa Disney.Noticia Relacionada First Dates estandar No Un machista de libro espanta a su cita con sus polémicas opiniones: «Si por algo existe la mujer es para tener hijos» Mari Carmen Parra Eduardo le dio la cena a Charo que se plantó ante los comentarios desfasadas de su citaNada más verse, los dos jóvenes se gustaron físicamente. La cosa se torció cuando empezaron a conocerse. Paula le contó que el único deporte que ha practicado en su vida alguna vez es el de la lectura, aunque ahora ya ni siquiera eso. «Yo no leo, cuando abro un libro ya sé como termina. He leído muchísimo, por lo menos me he leído 20 libros, y eso solo lo sé yo», afirmó tan ancha. Y para una vez que jugó al tenis, se le fue la mano con su contrincante, dejándolo perjudicado. «Le había pegado un raquetazo que no sabía si salía de allí, pero sí, se levantó. Le compré un polo y me perdonó», le contó a su cita. Emilio aprovechó para cantar las alabanzas del baloncesto, pero ella no solo no sabía nada de ese deporte, es que además no le interesaba lo más mínimo y para ella se estaba poniendo pesado hablando del temaLas deducciones de Paula sobre Emilio que acaban hartándolo En aspiraciones vitales tampoco tenían nada que ver, aunque Paula quiso comprobarlo entrando en el terreno que le interesaba: el sexual. Y es que, según ella, tiene el don de adivinar cómo es un hombre en la cama tan solo viéndolo una vez. De las deducciones de la chica, Emilio no salió muy bien parado, dado que auguró que «creo que me aburriría con él en la cama». «Tú eres de ponerla a cuatro patas y ya está», le dijo a su cita, un lenguaje tan directo que a Emilio lo dejó cortado. Pero Paula siguió erre que erre hasta que le sonsacó que había cosas que le excitaban, solo que «no soy de ponerme a lo Indiana Jones ». A ella le valió el comentario de su pretendiente para sacar conclusiones. «Me ha tocado un gay».Cuando llegó la hora de tomar una decisión sobre su posible futuro juntos, Emilio intentó que la despedida fuese lo más cordial posible. Sin embargo, no contaba con lo sincericida que era su cita. Paula no se cortó tachándolo de soso y confesó que «he llegado a pensar que la tenías pequeña». Es más, ni siquiera se acordaba de su nombre. Alucinado con la falta de tacto de la chica, se quedó a gusto soltando todos sus reproches para zanjar la cena. «Venía a buscar el amor, y que te importe más el tamaño de mi pene… Es que a mí me da igual como folles, eso se puede mejorar. Pero abrirme con una persona que no me atrae, quizás me cuesta más, sobre todo cuando solo has intentado hablar de sexo, parece que has venido aquí a follar en lugar de encontrar el amor, que es de lo que va el programa».
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