Los proyectos profesionales de Jorge (48) fueron los causantes de que su cita con Miosotis (47) en ‘First Dates’ no prosperara. Y es que él quiso seguir conociéndola al considerarla una persona muy afín, pero ella tuvo claro que no eran compatibles en cuanto a horarios y que no lograrían encajar sus tiempos. Jorge es un apasionado del rollo vikingo, tiene un bar en Hornos de Moncalvillo, un pueblo riojano de 98 habitantes, y además es comercial de cerveza de lunes a viernes. Aunque no considera su trabajo como tal, porque lo disfruta mucho, le deja poco tiempo libre para la vida en pareja. Noticia Relacionada estandar No La directa petición de una soltera a ‘First Dates’ sobre su cita: «Me gusta que me empotren» María Robert El ‘dating show’ no dio una al intentar emparejar a Adela y Berta. En el ámbito de las relaciones eran poco compatiblesEl soltero acudió al restaurante de citas de Cuatro este viernes 2 de febrero en busca de una mujer normal, simplemente pidió alguien «que no se enfade sin motivo, y que sea alegre y divertida». Miosotis , su pareja de esa noche, cumplía con todos los requisitos. Y como plus, le gustó físicamente. Cubana afincada en Oñati (Guipúzcoa) desde hace más de 20 años, Miosotis es panadera repostera y se define como una mujer «ardiente y natural». El ‘rechazo’ de Miosotis al pueblo de Jorge El primer aspecto en común que encontraron es que ambos disfrutan de vivir en lugares no demasiado poblados, llevando así una vida tranquila, en contacto con la naturaleza, y al mismo tiempo, activa y llena de planes. Desde su punto de vista, vivir en un pueblo pequeño tiene su puntillo. Pero para Miosotis , el de Jorge específicamente no. «No es de mis zonas preferidas para vivir», confesó. Jorge y Miosotis al final de su cita en el restaurante de ‘First Dates’ CuatroPese a los ‘peros’, intentó encontrar razones para saber si debería o no acoplar su vida a la de Jorge . Así pues, cuando terminaron de contarse sus vidas, Miosotis pasó directamente a otro tema importante. «Me parece super importante el sexo bien hecho y bien practicado. Para hacer mierdas mejor no hacemos nada, nos volvemos asexuales», afirmó entre risas, algo con lo que Jorge estuvo de acuerdo. También quiso saber la soltera otros detalles, como las posturas favoritas de su cita, a qué estaba dispuesto… Él contestó con un dubitativo «depende». Ella, en cambio, confesó estar dispuesta a casi todo en la cama, «excepto a fetichismos y guarradas». Para los dos resultó una velada agradable, pero caerse bien no era suficiente para sustentar una relación. Miosotis le dijo que ‘no’ a una segunda cita.
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