Últimas noticias

La sospechosa sombra de ‘Orfeo’ cae sobre el Palau de les Arts


La luz desconocida y serena de la que habla Orfeo ilumina el espacio al que llegaban las almas de los héroes y de los virtuosos . El lugar era magnífico, rodeado de verdor, flores y arroyos. Y Orfeo buscó allí a la ninfa Euridice, su esposa muerta por la picadura de una serpiente. Y allí la encontró, en aquel inframundo en el que permanecían los elegidos. El hombre no había inventado todavía el Cielo como lugar de virtud (que en la antigüedad se reservaba para uso exclusivo de los dioses), ni había decidido que la profundidad terrestre fuera exclusivamente el lugar del infierno, con su fuego eterno torturando las almas pecadoras. Por eso es más atractivo el mito clásico en el que volvió a fijarse el ‘ Orfeo ed Euridice ‘ de Gluck, una ópera cuya actualidad tiene que ver con la escenificación que ahora propone el Palau de les Arts de Valencia.’Orfeo ed Euridice’ Música Christoph Willibald Gluck Texo Raniero de’ Calzabigi Intérpretes Carlo Vistoli (Orfeo), Francesca Aspromonte (Euridice), Elena Galitskaya (Amore), Cor de la Generalitat Valenciana, Orquestra de la Comunitat Valenciana Director musical Gianluca Capuano Director de escena Robert Carsen Lugar Palau de les Arts, Valencia 3La puesta en escena recupera la afamada producción de Robert Carsen, estrenada en Roma en 2019 y cuya vigencia sigue activa por varios motivos. Lo principal es la concisión visual que recorre un espacio desolado, pedregoso y quizá mediterráneo, según apunta la vestimenta de los pastores, con trajes negros y contemporáneos, apegados a la tierra. Cualquier síntesis reafirma el afán de Gluck por revolucionar el mercado operístico abandonando el adorno y la floritura. Aunque el gran acierto de Carsen sea la posibilidad de someter el asunto a la imaginación, lo que significa que Orfeo está escenificando el deseo por reencontrarse con Euridice. El viaje al inframundo es un tránsito mental. La realidad se convierte en una forma de sinrazón.Lo inmediato es que el espacio único que propone Carsen se asocia con facilidad a una calidad estética muy característica del director canadiense, quien incide en la iluminación como elemento diferencial, perfilando las sombras esquivas de las furias o las dudas del protagonista. Son estas las que hacen creer en Romain Rolland, apasionado de la música y amante de la humanidad, quien explicó que la grandeza de la obra radica en su fuerza moral y no tanto en su satisfacción: ‘ Orfeo ed Euridice ‘, desalojada de cualquier edulcorante, es la prueba irrefutable de que el valor supremo está en el propio hombre. Carsen ayuda a comprenderlo y lo hace con regusto suficiente como para que el mensaje se pegue como una segunda piel al espectáculo.Cuando esta producción se estrenó en Roma en 2019 tuvo al frente de la dirección musical a Gianluca Capuano, quien ahora repite en Valencia, y a quien se elogió por la capacidad para reconvertir una orquesta convencional en un grupo de apariencia historicista. En el Palau es obvio que el trabajo de fondo vuelve a ser poderoso e implica a la Orquesta de Comunitat Valencina tocando «a la antigua» con seguridad. En la primera función de las cuatro que se han programado, la calidad instrumental se mantuvo, al margen de que, tras un arranque poderoso, comenzara a traslucirse un extraña sensación de inestabilidad propia de quien no termina de encajar adecuadamente todas las variables en juego.Noticia Relacionada estandar No Les Arts recorre tres siglos de ópera en su temporada 2023-24 Julio Bravo El Palau valenciano presenta doce títulos en su nuevo curso, que presentará una extrensa nómina de grandes vocesEntre ellas está la amplitud del espacio, dificultad intrínseca a la arquitectura escénica del Palau, y un reparto de voces cuya proyección permaneció en un segundo plano sometidas al rigor de la dirección. Francesca Aspromonte, tan habituada a este repertorio, defendió con especial entrega a Euridice, con una emisión clara y directa. Elena Galitskaya es Amore y a su presencia física de carácter ilusorio hay que unir una agradable y tenue interpretación. Por fin, Carlo Vistoli configura a Orfeo. También él estuvo en el estreno romano de la producción, sin embargo, es el peor parado, con un evidente desgaste como consecuencia de la constante presencia escénica. En este sentido, el dúo final con Euridice marcó un momento de dificultad incrementado por la rigidez de pulso impuesta por Capuano.Desde su estreno en Roma, la producción se ha asociado a la versión original y ‘pulida’ de la obra, estrenada en Viena en 1762. Podría haberse considerado la posibilidad de incorporar la que Gluck hizó para tenor y estrenó luego en París. O (no es descabellado imaginarlo) la versión que se inventó Berlioz, en cierta medida más próxima al sutil romanticismo con el que Carsen observa esta ópera y que tiene una punto de referencia en ese ‘volver de la muerte para este dolor’ que canta Euridice una vez que Orfeo se distancia para no mirarla y no perderla. Porque las ideas que entrecruzan en esta producción, que lejos de cualquier mitología ensalza la hipótesis de un sueño que confunde la realidad y la ficción.

Content Source: www.abc.es

Latest Posts

noticias populares