‘Maestros de la costura’ proclama como ganadora a Ana Luque, una mujer que ha hecho historia por pasar de ser rechazada en el casting a entrar como reserva y hacerse con el maniquí de ojo y un premio valorado en 50.000 euros en metálico. La aspirante tuvo que asumir un gran duelo final con Ángel para hacerse con la victoria. Este duelo, con dos pruebas, consiguió vencerlo gracias al traje que replicó de Paco Rabanne que le tocó replicar: un vestido metálico con drapeado. También, el diseño de alta costura en homenaje a Vivienne Westwood. Tras un verdadero combate, la joven logró hacerse con el premio.
Enhorabuena Ana, ¿Qué se siente al ganar ‘Maestros de la costura’?
Muchas gracias. Se sienten muchas cosas. Es como que no me lo acabo de creer. Aún estoy analizando todo lo vivido.
Pasaste de ser rechazada en el casting a entrar como reserva, ¿entraba entre tus posibilidades el ganar el formato o llegar ala final?
Totalmente no. Cuando entré pensé: tal cual entro voy a salir en el siguiente programa. No entraba entre mis opciones todo lo que he vivido.
¿Cambia mucho la relación que tenéis los compañeros durante el programa a lo que es en realidad?
Cuando estamos en las pruebas hay muchísima presión, tenemos que estar muy atentos a todo, a cualquier percance que podamos tener y al reto de sacar adelante una prenda. Entonces saltamos. Pero cuando llegamos a casa somos una familia, hay superbuen rollo y todo se arregla..
¿Cambiarías esta victoria por llevarte a lo mejor el bote de otro programa con mucho más dinero?
No. Para nada. Haber participado en ‘Maestros de la costura’ es una super oportunidad. Ningún otro programa me ha ofrecido las posibilidades que me ha dado este.
Ana durante la final de ‘Maestros de la costura’
Entre vosotros, ¿sabíais quiénes eran a lo mejor los más fuertes, los más débiles, quiénes sí o sí iban a llegar a la final, quiénes no?
Al principio no. Cuando nos conocimos, al principio no teníamos ni idea del nivel de nadie, pero poco a poco conforme pasaban las semanas y veías el trabajo de cada uno, quién se esfuerza, quién es más pasota… Ahí analizas y ya haces una valoración de los que crees que pueden llegar a la final.
¿Hasta qué punto es importante en el programa hacerte un pequeño personaje?
No creo que haya ningún personaje. Todas nuestras personalidades están llevadas al extremo, no creo que nadie esté siendo alguien que no es. Cuando nos exponemos tan al límite lo hacemos también para que se conozca tal y como somos.
¿Ha habido momentos de debilidad?
Sí. Al final estás aislado de tu familia, de tu gente, no tienes contacto con el exterior. Creo que ha sido lo más complicado de esta experiencia. Pero cuando haces lo que te gusta lo disfrutas mucho y sabes que todo esto es pasajero. No hay momentos malos.
Se habla mucho de la exigencia de los jueces en este tipo de formato, ¿Hay presión de más en estos formatos?
He sentido la misma presión que cuando entro a jugar en un campo de jockey o a hacer un examen. Es la presión normal de los nervios y de las pruebas. No hay exigencia por parte de los jueces fuera de lo normal, es la exigencia justa.
¿Cuántas horas le has echado fuera del programa?
No teníamos teléfono dentro así que prácticamente todo el tiempo libre estaba delante de la máquina.
Y ante el fracaso en alguna prueba, ¿te planteaste abandonar?
En alguna prueba mala siempre te acuerdas de tu padres o de tu madre (entre risas). Pero se pasa rápido. Yo he disfrutado muchísimo y estoy muy agradecida de estar ahí porque sabías que en cualquier momento te podías ir a casa.
¿Cómo se presenta el futuro? ¿Cómo vas a compaginarlo?
Se presenta con muchísimas ganas de seguir en el mundo de la moda, de seguir con la marca y de estar a tope. Esto es solo el inicio.
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