La tercera temporada de Los Bridgerton ya es otro éxito. El estreno de su primera parte ha superado los buenos resultados de las entregas previas y todo indica que su segunda parte, recién estrenada este mismo 13 de junio, repetirá un lanzamiento triunfal en Netflix.
Los capítulos de esta tercera temporada adaptan una nueva novela de la saga de Julia Quinn, Seduciendo a Mr. Bridgerton, que se enfoca en la historia de amor entre Colin Bridgerton (Luke Newton) y Penelope Featherington (Nicola Coughlan). Los protagonistas pasan de la amistad al romance, aunque tendrán que hacer frente a obstáculos como la identidad secreta de Penelope como Lady Whistledown.
La joven arrancaba la primera parte decidida a encontrar marido en la nueva temporada de bodas para así poder huir del hogar familiar. Con este objetivo en mente, visitaba a su modista, Madame Delacroix (Kathryn Drysdale), para que le ayudara a cambiar los vestidos naranjas y amarillos chillones con los que se empeñaba en vestirla su madre por otros atuendos y colores más favorecedores.
Cabe señalar que, al igual que en la ficción televisiva, en el libro Penelope, resignada a sus 28 años a ser una solterona que envejece cuidando a su madre, protagonizaba una transformación física radical (en las páginas, el personaje adelgazaba), así como un cambio de armario que pronto llamaban la atención de Colin.
Por suerte, la serie de Netflix se ha limitado a llevar a la pantalla el cambio de vestimenta para explicar la nueva etapa en la vida de la protagonista y cómo la alta sociedad londinense empieza a fijarse en ella. Si bien tanto a Colin como a Lord Debling (Sam Phillips), pretendiente de la joven, les atrae la agudeza y sensibilidad de Penelope, las nuevas prendas y tocados también le valen miradas de aprobación, tal y como su madre, Portia Featherington (Polly Walker), reconoce.
Así ha cambiado el vestuario de Penelope
Los Bridgerton visten de azul, Kate Sharma (Simone Ashley) de lila hasta que pasa a formar parte de la familia protagonista y las hermanas Featherington… ellas hacen lo que pueden con los colores chillones que les obliga a ponerse su madre. Sin embargo, en la tercera temporada, Penelope se rebela y opta por tonos verdes y plateados, más suaves y naturales, reflejo de la mujer que sale de su caparazón.
En una entrevista para Elle, el diseñador de la serie, John Glaser, ha explicado cómo veía el cambio de Penelope en esta entrega: «Teníamos la visión de hacer que la serie se viera un poco más orgánica. La basamos en un jardín de flores con colores más naturales y mucha más textura».
«La historia es más complicada, con más capas, un poco más madura. Queríamos romper con ese mundo estricto de colores y hacerlo un poco más real», ha seguido contando el diseñador. Si en las dos primeras temporadas, el equipo de vestuario se cercioró de vestir a las diferentes familias de la serie con tonos particulares, en la tercera tocaba cambiar el escenario: «Para la temporada 3, la audiencia está acostumbrada a los personajes y no tienes que ser tan obvio con los colores».
En los nuevos episodios, cuando Penelope visita a Madame Delacroix para cambiar de apariencia, tiene dos peticiones. «No quiero ver un color cítrico nunca más», asegura, antes de añadir la segunda, más relacionado con el estilo viajero de Colin: «Tal vez algo como lo que llevan en París».
El diseñador ha afirmado que Coughlan estaba deseando que su personaje transformara su armario: «Estaba emocionada de huir de esos colores por ella y por el personaje porque eran muy restrictivos. No dejaban crecer al personaje mientras estaba atrapada en ese uniforme».
Así, Glaser vistió intencionalmente a Penelope con el tono rosa más brillante que pudo encontrar para su última aparición antes del cambio de look, asegurándose así una transformación impactante cuando la volviéramos a ver. En el nuevo armario de la protagonista resiste el verde, pero es mucho menos llamativo que el que lucen sus hermanas o su madre.
En el primer episodio, Penelope acapara las miradas en un baile con un espectacular vestido verde oscuro. «Tiene algo de cobrizo, que va a juego con su pelo, guantes negros, cosas que nunca se ha puesto y que son diferentes de la vieja Penelope», ha señalado el diseñador.
Pese a despertar suspiros y ganarse cumplidos (incluido de Colin) con este sofisticado atuendo, Cressida (Jessica Madsen) la humilla rompiendo el vestido y, a partir de ese suceso, los colores se atenúan. «Después de eso, no le quitamos el color, pero lo hacemos más místico», ha explicado el diseñador: «No sabes si es azul o verde».
Esta temporada, además, Glaser se ha inspirado en la edad dorada de Hollywood para los estilismos. Así, los vestidos de la Regencia se contagian de los looks de los años 50 del siglo pasado, como los de Marilyn Monroe. En el caso de Penelope, también han querido subrayar con el vestuario su paso a la edad adulta marcando la cintura en las prendas: «Ya no es una niña, es una mujer».
Sus nuevos recogidos y peinados también se han inspirado en las estrellas del cine de los 50 como Lauren Bacall y Veronica Lake. «Usamos a Lauren Bacall porque nunca sabías qué se ponía o cómo era su pelo, pero siempre estaba espectacular», ha recordado Glaser: «Así queríamos a Penelope. No quieres recordar todo lo que viste porque eso no es importante esta temporada. Lo importante es su historia».
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Content Source: www.20minutos.es
